“Música Contra Los Muros” se desarrolla durante el periodo post-guerra de los Seis Días (1967), un momento de tensión extrema en Oriente Medio. La narrativa principal gira en torno a la «West Eastern Divan», una orquesta internacional formada por músicos árabes, israelíes y palestinos, que decide realizar un concierto en Israel, a pesar de las prohibiciones y los riesgos. La iniciativa, impulsada por el visionario pianista Daniel Barenboim y la violonchelista Jacqueline du Pré, busca un gesto de paz y un anclaje de esperanza en medio del caos. Sin embargo, el proyecto se convierte en un complejo entramado de circunstancias personales, políticas y emocionales.
Arambarri despliega una red de historias interconectadas, comenzando con la relación apasionada y, a la vez, tormentosa entre Barenboim y du Pré, intensificada por la guerra y las presiones del entorno. La historia personal de estos dos virtuosos sirve como catalizador para explorar las contradicciones y las complejidades del conflicto. Paralelamente, la novela se adentra en las experiencias de soldados israelíes cuyas voces fueron silenciadas durante cuarenta años, forzados a participar en una guerra en la que no creían. Estas voces, ahora reveladas, ofrecen un relato crudo y desgarrador de la deshumanización y la manipulación que caracterizan la guerra. A su vez, la novela no ignora el sufrimiento de los palestinos, mostrando la desolación y la pérdida de derechos que experimentaron a partir de la ocupación, exponiendo un panorama de exclusión y desesperanza.
El proyecto de la «West Eastern Divan» no es simplemente un gesto de buena voluntad; es una declaración audaz que desafía las convenciones y las ideologías. La orquesta, a pesar de las amenazas y la hostilidad, logra crear un espacio de encuentro y comprensión entre personas de diferentes culturas y nacionalidades. A través de la música, estos músicos se convierten en símbolos de esperanza y reconciliación, demostrando que la convivencia es posible, incluso en las circunstancias más extremas.
La novela se construye sobre la premisa de que la música puede trascender las barreras lingüísticas, culturales y políticas, ofreciendo una vía de comunicación directa al corazón humano. Arambarri utiliza la figura de la música como un espejo que refleja las emociones, las creencias y las motivaciones de los personajes, permitiendo al lector comprender las raíces de los conflictos y las posibles soluciones. La creación de la orquesta no es solo una iniciativa artística; es una acción política, un acto de desafío contra el statu quo y una apuesta por un futuro más pacífico.
El libro explora la problemática del trauma y la memoria colectiva. Las experiencias de los soldados israelíes, marcados por la guerra y la censura, ejemplifican cómo los conflictos pueden dejar cicatrices profundas en la psique individual y colectiva. Arambarri examina cómo el silencio, la negación y la manipulación de la historia pueden perpetuar el ciclo de la violencia y la desconfianza. Al revelar las voces silenciadas, la novela busca promover una narrativa más completa y honesta de la historia de Oriente Medio.
Además, la novela considera el papel de la música como un vehículo para la educación y la promoción de valores universales. A través de la música, los músicos de la «West Eastern Divan» logran transmitir mensajes de paz, tolerancia y respeto mutuo, inspirando a sus audiencias a cuestionar sus prejuicios y a buscar soluciones pacíficas. El éxito de la orquesta, a pesar de las dificultades, demuestra el potencial transformador de la cultura y la importancia de la educación intercultural.
Opinión Crítica de Música Contra Los Muros: Un Encuentro entre Silencios y Melodías
“Música Contra Los Muros” es una obra profundamente conmovedora y pensadora. Ana Arambarri ha logrado crear una narrativa compleja y multifacética, que explora las raíces del conflicto y ofrece una visión compasiva de las víctimas de la guerra y la ocupación. La novela no es una obra simplista; reconoce la complejidad de las situaciones y evita la tendencia a exagerar o simplificar las verdades históricas.
Arambarri maneja un estilo narrativo agile y preciso, que permite a el lector sumergirse en el mundo de los personajes y comprender sus motivaciones y sus conflictos. Aunque la obra es enormemente densa, la autora logra mantener el ritmo y el interés del lector a través de la creación de personajes realistas y conquistadores. La novelística se apoya en un nuevo periodismo, que combina investigación histórica con elementos de ficción, proponiendo un enfoque innovador para la narrativa histórica.
Sin embargo, la profundidad del tema y la complejidad de las situaciones pueden hacer que la lectura sea desafiante en algunos momentos. La obra no ofrece respuestas fáciles ni soluciones algunas de las problemáticas que presenta. En cambio, invita al lector a reflexionar sobre las raíces de los conflictos, la importancia de la empatía y la necesidad de buscar soluciones pacíficas.
En conclusión, “Música Contra Los Muros” es una obra que debe ser leída con cuidado y reflexión. Es un testimonio valioso de un período oscuro de la historia, y una invitación a pensar sobre el presente. La novela se recomienda a aquellos interesados en la historia de Oriente Medio, en la historia de la música y en la relación entre la cultura y la política. Se recomienda especialmente a aquellos que buscan una obra que les desafíe a pensar de manera crítica y a considerar las implicaciones de los conflictos humanos.


