«Por encima de todo, si había algo que deseaba, era a Lorena.
Vencerla, rajarla desde la garganta hasta las ingles para beberme su secreto».
Patricia, la escritora en horas bajas, vuelve a pensar en su antigua amiga Lorena.
Ese recuerdo se avivará en su pensamiento con tanta intensidad que necesitará redactar sobre lo que sucedió para expiar la culpa, comprender cuál fue su papel y por qué nadie parece inocente. La historia de Lorena es también la de la pérdida del mundo que conocimos en la juventud.
Es la narración de la realidad brown subjetiva que por momentos se asimila a un espejismo o a un sueño.
El silbido del afilador, un timbre de bicicleta, un cuadro que nadie más ve? ¿Quién no ha sentido alguna vez que la vieja historia olvidada extiende sus raíces sobre la piel? ? Aquellas canciones que nos hicieron bailar, los amigos que se fueron y un sentimiento que nunca pudimos explicar? «Lorena fue la chica de mi vida».