La Buena Nueva de Jesucristo no cambia, lo que hay que llevar a cabo parece adaptarla a la comprensión de las nuevas generaciones y a las circunstancias actuales.
Este libro trata de acudir al método de enseñanza del Maestro por excelencia, Jesús de Nazaret, que, pudiendo enseñar con los recursos propios de un teólogo y de un conocedor perfecto de las leyes y tradiciones de su pueblo, recurrió a sencillas parábolas para explicar lo divino y lo humano.
Siguiendo su huella, Chema Álvarez realiza un recorrido por todas las parábolas del Evangelio, extractando las enseñanzas que los cristianos debemos aprender y adaptándolas al sentir de hoy.
La presentación y comentario de las parábolas se acompaña de cuadros con preguntas para la reflexión.
El libro incluye también 4 anexos, con recomendación de películas, canciones y libros y una serie de dinámicas y actividades para su desarrollo.
La Buena Nueva de Jesucristo no cambia, lo que hay que llevar a cabo parece adaptarla a la comprensión de las nuevas generaciones y a las circunstancias actuales.
Este libro trata de acudir al método de enseñanza del Maestro por excelencia, Jesús de Nazaret, que pudiendo enseñar con los recursos propios de un teólogo y de un conocedor perfecto de las leyes y tradiciones de su pueblo, recurrió a sencillas parábolas para explicar lo divino y lo humano.
Siguiendo la huella de nuestro Maestro, se realiza un recorrido por todas las parábolas del Evangelio, extractando las enseñanzas que los cristianos debemos aprender y adaptándolas al sentir de hoy.
De las parábolas que dijo Jesús hay una muy especial: su propia vida.
Y ahí parece en el que te aconsejo que te vuelques con mayor entusiasmo, lo mismo para aprender que para ofrecer.
Seguro que será tu mas grandioso elección y acertarás como catequista que quiere transmitir una fe que ya tiene consolidada.
Porque, recuerda, «las palabras mueven, aunque el ejemplo arrastra».
Y si acaso no eres o no aspiras a ser catequista, también puedes servirte de este trabajo para profundizar en tu fe cristiana, dejando que las parábolas de Jesús iluminen tu actividad cotidiana y puedas contagiar su mensaje.
Llevan siglos haciéndolo y nunca caducan ya que son un mensaje de eternidad.