«Hyperfocus» de Chris Bailey se basa en la neurociencia para desentrañar los mecanismos de la atención humana, revelando que nuestra capacidad de enfoque varía entre dos modos principales: el
, organizada de forma lógica y progresiva, que comienza con la identificación del problema, explora las causas y consecuencias de la sobrecarga de información, y ofrece estrategias concretas para mejorar la concentración. La inclusión de ejemplos y anécdotas hace que la lectura sea más atractiva y fácil de entender.
Sin embargo, si bien el libro proporciona un marco sólido, podría percibirse como algo repetitivo en ciertos puntos. Las mismas ideas y estrategias se repiten a lo largo del libro, lo que puede resultar un poco cansado para algunos lectores. Además, aunque el libro ofrece una gran cantidad de consejos, no todo el mundo puede implementar todas las estrategias. Algunas de las sugerencias, como crear un espacio de trabajo completamente libre de distracciones, pueden no ser factibles para muchas personas, especialmente aquellas que viven en entornos ruidosos o conmutan entre diferentes roles y responsabilidades. No obstante, el libro logra transmitir un mensaje claro y convincente: la concentración profunda es una habilidad que se puede desarrollar con la práctica y el esfuerzo.
En cuanto a las recomendaciones, el libro podría haber beneficiado con un mayor énfasis en la importancia de la autorregulación emocional. Aunque Bailey aborda la impulsividad, no profundiza en cómo las emociones pueden afectar la concentración. La ansiedad, el estrés y la frustración pueden ser grandes obstáculos para entrar en hyperfocus. Podría haber sido útil incluir estrategias para manejar estas emociones de forma efectiva, como la meditación mindfulness o la terapia cognitivo-conductual. «Hyperfocus» es una lectura obligada para cualquiera que quiera mejorar su concentración, aumentar su productividad y alcanzar su máximo potencial. Aunque no es una solución mágica, sí ofrece un camino sólido y bien fundamentado para lograrlo.


