La novela, ambientada en escenarios selváticos y remotos de Cuba, se centra en la relación intensa y a menudo caótica entre dos personajes principales, que podríamos denominar «Silencio» y «Resonancia». No son nombres literales, sino representaciones de estados de ánimo y pulsiones, y su relación es una danza frenética entre la represión y la liberación. La trama se desarrolla como una serie de encuentros y despedidas, encuentros que no son necesariamente sexuales, pero están cargados de una tensión palpable, una energía que se acumula y explota en momentos de una intensidad incontrolable.
Riverón utiliza una estructura fragmentada y en gran medida no lineal, como si fuera un sueño lúcido o una serie de recuerdos desordenados. Esto se debe, en parte, a la naturaleza inefable del deseo, que, en su esencia, trasciende el lenguaje y la lógica. Los personajes no se definen por sus acciones, sino por sus reacciones, por la forma en que se enfrentan a la fuerza del deseo. El lector se siente como un espectador privilegiado de una ceremonia, un rito de iniciación al conocimiento del propio cuerpo y de la propia sexualidad. La escritura de Riverón no busca la claridad narrativa, sino la evocación de sensaciones, la creación de atmósferas, la sugerencia de posibilidades.
La novela se caracteriza por un lenguaje hiperbólico, con metáforas y símbolos que desafían la interpretación racional. El título, “Entre Dos Polvos”, es clave para entender la obra. Los polvos, en este contexto, representan la fragilidad, la impermanencia, la desintegración, pero también la posibilidad de una transformación profunda. La relación entre los personajes se describe a través de imágenes sorprendentes, como “la tierra mojada con la piel del hombre”, “el sol que se hunde como un ojo cansado” o “la risa que se desangra en el silencio”. Riverón explota al máximo el potencial poético del lenguaje, creando un universo onírico y perturbador donde los límites entre la realidad y la fantasía se desdibujan. El autor no se limita a narrar una historia de amor, sino que aborda temas universales como la identidad, la libertad, la soledad y la búsqueda de sentido.
«Entre Dos Polvos» se puede leer como una alegoría sobre la lucha por la emancipación, tanto personal como colectiva. La relación entre los personajes puede interpretarse como una metáfora de la rebelión contra las estructuras sociales que intentan controlar y definir al individuo. Riverón utiliza el sexo como un instrumento de liberación, como una forma de desafiar las normas y de reivindicar la libertad de deseo. La novela nos invita a cuestionar el concepto tradicional de sexualidad, que suele estar asociado a la moralidad, la culpa y el pecado.
El autor utiliza la técnica del flujo de conciencia, permitiendo que los pensamientos y sentimientos de los personajes se expresen de forma directa y sin filtros. Esto crea una sensación de intimidad y autenticidad, como si estuviéramos accediendo directamente a la mente de los personajes. El lector se siente como un testigo privilegiado de su lucha interna, como si estuviera participando en su proceso de autodescubrimiento. Riverón no se limita a describir los actos sexuales de los personajes, sino que se centra en la experiencia emocional y psicológica que los rodea. La novela nos invita a reflexionar sobre la importancia del placer, la conexión humana y la búsqueda de la felicidad.
La novela se caracteriza por su atmósfera opresiva y claustrofóbica, que refleja la situación de alienación y represión de los personajes. Los escenarios selváticos y remotos de Cuba funcionan como un refugio, un espacio donde los personajes pueden liberarse de las restricciones del mundo exterior. Sin embargo, este refugio también es peligroso, ya que los personajes están constantemente en riesgo de ser descubiertos y reprimidos. Riverón utiliza la técnica del yuxtapuesto, combinando imágenes de belleza y de horror, para crear un efecto de tensión y de inquietud. La novela nos invita a explorar los límites de la moralidad, a cuestionar nuestros propios valores y a reconocer la complejidad de la experiencia humana. El final de la novela es ambiguo, dejando al lector con la sensación de que la lucha por la libertad y la autodeterminación es un proceso continuo, sin una resolución definitiva.
Opinión Crítica de Entre Dos Polvos: Un Retrato Salvaje de la Pasión
«Entre Dos Polvos» es una obra maestra de la literatura erótica, una novela que desafía las convenciones y que nos invita a explorar los rincones más oscuros y salvajes de la experiencia humana. Riverón no se limita a escribir sobre sexo, sino que aborda temas universales como la identidad, la libertad, la soledad y la búsqueda de sentido. La novela es una experiencia visceral, un viaje al corazón del deseo, y es un libro que permanecerá en la memoria mucho después de haberlo terminado. Es una lecturamente recomendada para aquellos que buscan una obra que los conmueva, que los inquiete y que los haga pensar.
Sin embargo, la obra de Riverón no está exenta de críticas. Su estilo de escritura, a veces, puede resultar excesivamente barroco y en ocasiones, incluso, desconcertante. El uso abundante de metáforas y símbolos puede dificultar la comprensión de la trama, y algunos lectores pueden encontrar la narrativa demasiado fragmentada y desordenada. No obstante, es precisamente esta complejidad y esta ambigüedad lo que hace a «Entre Dos Polvos» tan fascinante y estimulante. Riverón no busca proporcionar respuestas fáciles, sino que nos invita a participar en el proceso de creación de significado.
El uso del lenguaje por parte de Riverón es, indudablemente, uno de los mayores atractivos de la novela. Su prosa es exuberante, poética y a menudo, increíblemente evocadora. El autor tiene un dominio absoluto del lenguaje, y lo utiliza para crear una atmósfera única, para despertar los sentidos y para transportar al lector a un mundo onírico y perturbador. No obstante, es importante leer la obra con paciencia y atención, ya que requiere un esfuerzo de interpretación y que, al final, se recompensa con una experiencia literaria inigualable. «Entre Dos Polvos» no es un libro fácil de leer, pero es un libro que vale la pena leer, especialmente para aquellos que buscan una obra que los desafíe y que los haga reflexionar sobre la naturaleza del deseo y la condición humana. Recomendado para lectores que aprecien la literatura experimental y que no tengan miedo de enfrentarse a temas controvertidos.


