El libro se estructura en torno a veintidós palabras cuidadosamente seleccionadas, que sirven como puntos de partida para una reflexión sobre el vidrio. Cada palabra, acompañada de una imagen impactante, actúa como un detonador, invitando al lector a explorar las múltiples facetas del vidrio y su influencia en la arquitectura. Rubio Hernández no se limita a describir las características físicas del material – transparencia, reflectividad, color, etc. – sino que profundiza en las implicaciones perceptivas, emocionales y semiológicas que el vidrio evoca.
La autora se inspira en las ideas de Heidegger, que al hablar de arquitectura, utilizó el término «fronteras» para referirse a los límites que definen y delimitan los espacios. El vidrio, en este contexto, parece una de las materias que ha intervenido en la construcción de estas fronteras, pero de una manera ambigua, compleja y elusiva. No se limita a crear barreras físicas, sino que manipula la luz y la mirada, filtrándolas, refractándolas y proyectándolas de formas impredecibles. Esta manipulación de la luz es crucial, ya que la obra enfatiza las
. Es una meditación sobre el papel del vidrio en la construcción de nuestra percepción del mundo.
Sin embargo, la obra puede resultar algo abstracta y poco accesible para algunos lectores. El estilo narrativo es poético y evocador, pero también puede ser difícil de seguir para aquellos que buscan una explicación técnica del vidrio. Además, la selección de ejemplos es bastante limitada, y podría ser interesante profundizar en otros proyectos arquitectónicos donde el vidrio se utiliza de forma innovadora. No obstante, la obra es un excelente punto de partida para reflexionar sobre la complejidad del vidrio y su influencia en la arquitectura.
“El Vidrio: Fronteras Y Mascaras” es una obra recomendable para aquellos que estén interesados en la arquitectura, la ótica, la estética y la psicología de la percepción. Es un libro que invita a la contemplación y a la reflexión, y que puede despertar nuevos intereses y perspectivas sobre el papel del vidrio en la construcción de nuestros espacios y en la configuración de nuestra experiencia del mundo. Se podría considerar como un instrumento para profundizar en el estudio de la arquitectura contemporánea, y para desarrollar una mayor conciencia sobre el impacto de los materiales en nuestra percepción y en nuestra vida.
La obra ha sido excepcionalmente impactante en mi interpretación del papel de la arquitectura. La propuesta de Rubio Hernández de entender el vidrio no sólo como un material constructivo, sino como un elemento de manipulación de la luz y la mirada ha sido muy relevante. Recomendaría este libro a arquitectos, estudiantes de arquitectura y cualquier persona interesada en la estética y el diseño, pero también a aquellos que simplemente busquen una lectura poética y reflexiva sobre la belleza y el misterio del vidrio.


