Si el paradigma de las relaciones sanas gira en torno a la idea de la armonía, parece razonable pensar que las peleas y los desacuerdos son la antítesis.
Pero ¿es posible construir puentes sólidos en la relación donde permea la discordia? En realidad, en los innumerables momentos en los que interactuamos, unicamente estamos en sincronía la menor zona del tiempo, y está bien que ocean así, pues lo que nos permite crear vínculos más estrechos con la familia, la pareja, los amigos y los colegas parece precisamente la reparación del conflicto, porque conlleva el conocimiento implícito de que podemos superar los problemas.
El poder de la discordia revela qué sucede cuando aparecen los desacuerdos entre las internautas y cómo podemos pasar de la discrepancia a la reconexión armoniosa.
Trabajar en los constantes desajustes para lograr solucionarlos, en vez optar por el silencio y la evasión, nos ayuda a establecer relaciones profundas, duraderas y de confianza, así como adquirir resiliencia en situaciones de estrés y trauma.
No hay necesidad de temerle al conflicto abierto: este será el proceso que derive en un auténtico bienestar emocional y social.
