Akira Tendô tiene 24 años y lleva tres como oficinista en una empresa que explota a sus trabajadores.
Está convencido de que, en comparación con tener que ir a trabajar muchos de los días, vivir en una película de zombis sería el paraíso.
Un día se levanta y se encuentra a su casero comiéndose a un vecino.
¡Las calles están infestadas de zombis!