El libro se presenta como un recorrido autobiográfico, un “viaje por la memoria”, con una estructura fragmentada que recuerda a obras como «I Remember» de Joe Brainard o «Je me souviens» de Perec. No hay una narrativa lineal, sino una sucesión de recuerdos, anécdotas y reflexiones que se entrelazan para crear un retrato vívido de la vida de Oscar Tusquets Blanca. Estos recuerdos abarcan desde su juventud en Barcelona, con la ciudad que ya no existe en su totalidad, hasta sus experiencias en Italia, sus encuentros con figuras emblemáticas como Dalí y Amanda Lear, y sus relaciones dentro del mundo de la arquitectura. El libro es, en esencia, una celebración de la experiencia vivida, un testimonio de una vida no regulada por la moral, el éxito o la fama.
La obra se estructura en torno a temas recurrentes, desde la crítica a la obsesión por la «prohibición» de los gobiernos y las restricciones impuestas por las autoridades, hasta la reflexión sobre el impacto de la pandemia. Tusquets utiliza el humor negro y la ironía para abordar temas delicados, como la influencia de la moda, las teorías conspirativas y las distopías ecológicas. No teme criticar lo que considera «la tontería» de la sociedad moderna, y lo hace con una franqueza que sorprende y, a veces, incomoda. El libro no pretende ofrecer respuestas, sino estimular la reflexión y la capacidad de cuestionar las ideas preconcebidas. Además de las reflexiones sobre la vida moderna, el autor comparte experiencias personales, a menudo rocambolescas, que ilustran su personalidad aventurera y su capacidad para encontrarse el absurdo en cualquier situación.
El libro también explora la relación de Tusquets con el arte y la arquitectura, presentando su visión personal de la belleza y la creatividad. Sus encuentros con Dalí, por ejemplo, no se limitan a la admiración, sino que se presentan como momentos de intercambio intelectual y creativo. Asimismo, su participación en el mundo de la arquitectura se revela a través de recuerdos de proyectos innovadores y de relaciones con otros arquitectos. Esta exploración del mundo del arte y la arquitectura proporciona una dimensión adicional a la obra, mostrando la importancia de la experimentación y la libertad en la creación.
«Vivir No Es Tan Divertido Y Envejecer Un Coñazo» es, ante todo, un retrato irónico de Oscar Tusquets Blanca, un hombre que ha vivido una vida llena de aventuras, contradicciones y momentos de brillantez. El autor nos presenta una versión de sí mismo como un observador agudo y desconfiado del mundo, capaz de encontrar el humor en las situaciones más absurdas y de cuestionar las normas establecidas. A través de sus recuerdos, nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del tiempo, la memoria, la identidad y la búsqueda de sentido en la vida.
La estructura fragmentada del libro contribuye a su atmósfera enigmática y provocadora. Cada capítulo se centra en un momento o recuerdo específico, pero estos fragmentos se entrelazan para crear un tapiz de experiencias que revelan la complejidad de la vida del autor. La narrativa no sigue un orden cronológico, sino que se basa en asociaciones de ideas y recuerdos, lo que obliga al lector a participar activamente en la construcción del significado de la obra. Este estilo, lejos de ser una simple anécdota, funciona como un espejo que refleja nuestras propias preocupaciones y temores sobre el envejecimiento, la muerte y el futuro.
El libro se enfrenta abiertamente a la realidad del envejecimiento, sin eufemismos ni disfraces. Tusquets no intenta romantizar el proceso, sino que lo presenta como un desafío, una lucha contra la inevitable pérdida de fuerzas y de perspectivas. Sin embargo, en lugar de sucumbir a la desesperación, el autor se aferra a la vida con una energía inagotable, buscando el placer en las pequeñas cosas y desafiando las convenciones sociales. Esta actitud, que puede parecer rebelde o incluso insensata a algunos, es la que hace que la obra sea tan atractiva y convincente. La celebración del «coñazo» de envejecer no es una resignación, sino una afirmación de la vida, incluso cuando esta se vuelve más difícil.
La obra también ofrece una crítica mordaz de la sociedad contemporánea, a través de la denuncia de la obsesión por la prohibición, la superficialidad del consumismo y la pérdida de valores. Tusquets cuestiona la influencia de los gobiernos, la manipulación de la información y la imposición de «modas» que, a su juicio, solo sirven para confundir y alienar a las personas. Esta crítica, que puede parecer provocadora a algunos, es fundamental para comprender la visión del mundo del autor, que se basa en la libertad, la autenticidad y el rechazo de las jerarquías. Además, la obra invita a la reflexión sobre el impacto de la pandemia en nuestra sociedad, poniendo de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas y la necesidad de cuestionar las respuestas impuestas por las autoridades.
Opinión Crítica de Vivir No Es Tan Divertido Y Envejecer Un Coñazo: Un Retrato Polémico y Refrescante
«Vivir No Es Tan Divertido Y Envejecer Un Coñazo» es una obra provocadora y refrescante, que desafía las convenciones literarias y las expectativas del lector. La voz de Oscar Tusquets Blanca es directa, sin complejos y, a menudo, irónica, lo que puede resultar desconcertante para algunos, pero también fascinante para los más aventureros. El libro no busca agradar, sino provocar el pensamiento y la reflexión, y en ese sentido, cumple con creces. La obra es un testimonio de la vitalidad del autor, que, a sus ochenta años, sigue siendo un hombre joven en espíritu y en visión del mundo.
La escritura de Tusquets es ágil y precisa, y su capacidad para captar la esencia de una situación y transmitirla de forma concisa y elegante es admirable. El libro está lleno de detalles vívidos y anécdotas memorables que ilustran la personalidad del autor y su visión del mundo. A pesar de su tono irónico y provocador, la obra está impregnada de una profunda humanidad y de una preocupación por las personas que lo rodean. «Vivir No Es Tan Divertido Y Envejecer Un Coñazo» es una lectura imprescindible para aquellos que buscan una perspectiva original y sin complejos sobre la vida, el tiempo y la muerte.
En términos de recomendaciones, se podría decir que el libro es una lectura ideal para aquellos que disfrutan de la escritura de autores como Carlos Palacios o Eduardo Mendoza, también conocidos por su estilo directo, irónico y provocador. Asimismo, el libro puede ser de interés para aquellos que buscan una reflexión sobre el envejecimiento, la muerte y el legado, como lo han tratado en sus obras Albert Camus o Milan Kundera. Sin embargo, es importante tener en cuenta que «Vivir No Es Tan Divertido Y Envejecer Un Coñazo» no es una lectura fácil. El tono irónico y provocador del autor puede resultar incómodo para algunos lectores, y la ausencia de una narrativa lineal puede requerir una mayor atención y esfuerzo por parte del lector. No obstante, para aquellos que estén dispuestos a desafiarse a sí mismos, el libro ofrece una experiencia de lectura enriquecedora y transformadora.


