Publicada en 1824 (y reeditada recientemente en Francia con un inesperado éxito de ventas: más de 100 mil ejemplares en pocas semanas), esta novela epistolar trata del tema de los celos con excepcional penetración sicológica, puesto que, como dice Laura Freixas en su postfacio, «es un muy fino estudio de toda la gama de emociones que puede provocar una situación puramente imaginaria; un retrato terrible, y muy instructivo, del amor como una forma de autismo».
La narradora pasa por todas y cada una de las etapas del calvario al descubrir al salir de la Ópera la traición de su amante, que sube a la calesa de otra mujer.
Son cuarenta y seis cartas redactadas a este amante en el espacio de un día, en una perfecta unidad de tiempo, acción y espacio.
Novela sutil y llena de clima en la que sin duda se inspiró Stefan Zweig para su célebre veinticuatro horas en la vida de un mujer, esta obra (traducida por vez primera al español en la excelente versión de Isabel Lacruz, recreando el refinamiento y la precisión de la lengua original), es un autorretrato delicioso de la «verdadera sensibilidad».
no solo la que actúa sobre los aprecios del ánima, sino aquella que ilumina y engrandece la mente.