El estudio se centra en la quinta Encuesta Europea de Valores (EVS), que explora una amplia gama de temas relacionados con los valores, las actitudes y los comportamientos de la población. En el caso de Euskadi, la encuesta se llevó a cabo en un momento crucial: justo antes de que la pandemia del COVID-19 interrumpiera la vida cotidiana y la economía mundial. La investigación se basa en datos recogidos en diciembre de 2019 y enero de 2020, lo que significa que los participantes respondieron a preguntas sobre temas como la confianza en las instituciones, la importancia de la familia y la amistad, la preocupación por la salud y el medio ambiente, y la aceptación de valores como la solidaridad y la responsabilidad social. La información recogida refleja, en gran medida, una sociedad vasca que, en ese momento, gozaba de un nivel relativamente alto de bienestar, con un sólido Estado de Bienestar, una alta confianza en el sistema sanitario y una cultura de solidaridad arraigada.
El trabajo de Cabrera y el Equipo Deusto Valores Sociales revela que los vínculos interpersonales, en particular la familia, la amistad y la red de relaciones personales, son considerados como pilares fundamentales de la sociedad vasca. Se constata que la gente valoraba enormemente el apoyo emocional, la ayuda práctica y el sentido de pertenencia que brindan estas relaciones. La encuesta también destaca la importancia de la “protección personal” y de la “reproducción personal, ” indicando que, además de las relaciones, se valoran los cuidados que se prestan a los seres queridos, especialmente a los niños y a las personas mayores. Otro aspecto clave revelado por la investigación es la confianza en el sistema sanitario y en las instituciones públicas. Euskadi, a principios de 2020, se presentaba como un modelo a seguir en términos de gestión de la salud pública y de inversión en servicios sociales. El estudio permite observar, por tanto, que la sociedad vasca, en su momento, disponía de los recursos y la cultura necesaria para afrontar una crisis de la magnitud que eventualmente se produjo. La encuesta ofrece así una fotografía de una sociedad preparada, a su manera, para la adversidad.
El análisis revela que los valores del cuidado, la solidaridad y la confianza interpersonal fueron particularmente relevantes para los encuestados en Euskadi. Se observa un fuerte énfasis en la responsabilidad social y en el compromiso con el bienestar de los demás. La encuesta corrobora la idea de que las relaciones sociales no son solo una fuente de apoyo emocional, sino también un factor clave para la cohesión social y la resiliencia individual y colectiva. Este aspecto es especialmente importante considerando la crisis sanitaria y económica que se avecinaba. El estudio destaca el papel esencial de las profesiones de cuidado, incluyendo la atención médica, pero también la de los cuidadores familiares y los trabajadores sociales, como pilares fundamentales para la protección y el bienestar de la población.
Además, la investigación sugiere que la confianza en el sistema de salud pública y en las instituciones gubernamentales fue un factor determinante para la aceptación y el cumplimiento de las medidas de prevención y control. La percepción de un Estado proactivo y capaz de gestionar eficazmente la crisis contribuyó a generar un clima de confianza y a minimizar la incertidumbre y el pánico. Es importante destacar que la encuesta no solo identifica los valores que eran importantes para los encuestados, sino que también explora las actitudes y los comportamientos relacionados con estos valores. Por ejemplo, se observa un alto grado de disposición a ayudar a los demás y a adoptar medidas de prevención, lo que indica que la sociedad vasca estaba preparada para responder de manera positiva a la crisis. La investigación se puede interpretar como un mensaje positivo, una indicación de que los valores que caracterizan a la sociedad vasca – la solidaridad, la confianza y el cuidado – podrían ser instrumentos importantes para afrontar cualquier crisis.
Opinión Crítica de Valores Para Una Pandemia: La Fuerza De Los Vínculos
El libro de María Silvestre Cabrera constituye un importante aporte a la sociología del Estado de Bienestar y, más específicamente, a la comprensión de cómo los valores sociales pueden influir en la capacidad de una sociedad para afrontar una crisis. La investigación es, sin duda, rigurosa y se basa en un marco metodológico sólido (la Encuesta Europea de Valores). Sin embargo, hay algunas áreas donde el libro podría haber profundizado más. Por un lado, la descripción de los resultados de la encuesta a veces se siente un poco descarnada, limitándose a presentar los datos sin un análisis más detallado de las posibles motivaciones que subyacen a las actitudes de los encuestados. Sería valioso, por ejemplo, explorar las diferencias entre los resultados obtenidos por diferentes grupos de edad, niveles socioeconómicos o regiones de Euskadi.
Otro punto a considerar es que el libro se centra principalmente en la fase pre-pandémica, sin ofrecer un análisis comparativo entre los valores de Euskadi y otros países europeos. Aunque el objetivo de la Encuesta Europea de Valores es establecer comparaciones internacionales, el libro podría haber aprovechado esta oportunidad para contrastar los resultados con los obtenidos en otros contextos. Además, sería interesante examinar cómo han evolucionado estos valores a lo largo del tiempo, en comparación con las encuestas anteriores de la Encuesta Europea de Valores. No obstante, la obra logra destacar la importancia de las relaciones interpersonales como base del tejido social. La constatación de que el capital social, entendido como la red de relaciones de confianza y cooperación, es un factor clave para la resiliencia social, es una aportación valiosa.
«Valores Para Una Pandemia» es un libro que merece ser leído y debatido. Ofrece una perspectiva valiosa sobre la importancia de los valores sociales en tiempos de crisis, aunque necesita ser complementado por un análisis más profundo y comparativo. Se recomienda que el libro sea utilizado como punto de partida para reflexiones más amplias sobre el papel de la sociedad civil en la construcción de una sociedad más justa, solidaria y resiliente. La obra contribuye a la comprensión de que la fortaleza de una sociedad no reside solo en sus recursos económicos o en su capacidad tecnológica, sino también en los valores que guían a sus ciudadanos. Se podría complementar con estudios que analicen la evolución de estos valores tras la pandemia.
