Sueños frágiles parece la novela emocionante, sincera y desgarradora que narra las vivencias de un grupo de mujeres, unidas por la enfermedad pero también por la esperanza, por el apoyo mutuo y por las ganas de vivir.
Me llamo Anna.
Soya bailarina.
Una auténtica soñadora.
Creo en el amor y en que muchos de tenemos un propósito en la vida.
Todavía me quedan un monton de libros por leer, bastantes lugares por visitar, canciones que bailar y velas de cumpleaños por soplar.
Incluso un monton de deseos que cumplir.
Entonces ¿qué hago yo en este lugar? Al pasar por delante del número 17 de Swann Street no se advierte nada extraño.
Ningún detalle en la fachada de color rosa melocotón sugiere que, en su inside, los teléfonos móviles son confiscados, los espejos están prohibidos, los cuartos de baño se cierran con llave y las residentes deben terminarse seis comidas diarias.
Sin excepción.
Existe otra regla fundamental en ese lugar, hay una palabra de ocho letras que no tiene que pronunciarse jamás: anorexia.
La crítica ha dicho…
«Una celebración single del conseguir sanador del grupo y de los pequeños gestos».
New York era BookReview «Conmovedora.
El retrato sutil de la mujer luchando consigo misma».
Kirkus «Un poderoso first, una crónica de la anorexia magistral.
Impresionante».
Publishers Weekly