Cada uno de nosotros es, un poco antes que nada, un ser individual, único.
Y si para muchos esto es un estímulo para cultivar la propia singularidad, para otros esta individualidad puede convertirse en una acuciante sensación de soledad, de la que solo es capaz de rescatarnos la pertenencia a un grupo o a una clase personal, o la adhesión a una ideología.
La historia de la filosofía nos muestra numerosos ejemplos de cómo algunos escritores y pensadores han reflexionado acerca de cómo conservar viva la propia singularidad frente a las exigencias del clan o de la sociedad en su conjunto.
Con esta tensión como telón de fondo, Safranski presenta las options de los genios artísticos renacentistas, los primeros ecologistas del siglo xix o los pensadores existencialistas.
Y tambien nos brinda ineditas perspectivas acerca de autores como Montaigne, Rousseau, Diderot, Kierkegaard, Hannah Arendt, Elias Canetti o Ernst Jünger. á