La obra de José Ogalla, «Salamat», publicada por Circulo Rojo, es mucho más que una novela. Es un espejo fragmentado que refleja las complejidades de la vida moderna, la condición humana y las contradicciones de un mundo en constante transformación. A través de una narrativa en tercera persona, íntima y visceral, el autor nos sumerge en una serie de historias interconectadas, explorando temas universales como el amor, el desamor, la enfermedad, la muerte y la lucha por la supervivencia, tanto a nivel personal como social. La obra destaca por su honestidad brutal y su capacidad para evocar emociones profundas, invitando al lector a la reflexión.
“Salamat” es, en esencia, un ejercicio de memoria y reconstrucción de la vida, un viaje personal que se extiende a través de diferentes continentes y épocas. Ogalla, con su estilo distintivo, nos ofrece un relato sin concesiones, a menudo sombrío y perturbador, pero siempre impregnado de un profundo sentido de humanidad. La novela se construye como una colección de historias, donde cada una se convierte en un fragmento del rompecabezas que conforma la vida del autor, revelando así las cicatrices emocionales y las lecciones aprendidas a lo largo del tiempo.
La novela se articula en torno a dos historias principales, que se entrelazan sutilmente, pero que representan polos opuestos en la experiencia del amor y la pérdida. La primera historia se centra en la figura de Monette, una mujer filipina cuya vida se ve marcada por un amor apasionado y tormentoso. Monette se convierte en un foco de atracción para diversas personas, pero su relación con un hombre español, que ella misma describe con un lenguaje crudo y honesto, es la que más sufrimiento le provoca. Esta relación se define por la violencia, la traición y el abandono, y culmina en una profunda crisis existencial para la protagonista. Ogalla, a través de la voz de Monette, nos expone una visión sombría de la búsqueda del amor, que a menudo resulta en dolor y desilusión.
La segunda historia gira en torno a la figura de Elegance, una mujer española que, a diferencia de Monette, representa una forma más fría y distante del amor. Elegance, a través de sus interacciones en internet, se involucra en una red de relaciones superficiales, basadas en la seducción y el intercambio de información. Esta faceta de la vida de Elegance, que se centra en la “vida virtual”, evidencia la deshumanización y la pérdida de autenticidad que a menudo acompañan al avance de la tecnología. La novela explora de forma crítica la influencia de la comunicación digital en las relaciones interpersonales, mostrando cómo la búsqueda de conexión en el mundo virtual puede, paradójicamente, aumentar el sentimiento de soledad y aislamiento.
La novela, además de estas dos historias principales, incluye otros relatos secundarios que complementan la trama principal y enriquecen la exploración de los temas centrales. Se mencionan personajes como un antiguo amigo de Monette, que vive en España y se dedica a la venta de drogas, y una serie de individuos que Elegance conoce a través de las redes sociales. Cada uno de estos personajes contribuye a la creación de un retrato complejo y realista de la sociedad contemporánea, marcado por la desigualdad, la violencia y la pérdida de valores. Ogalla no rehúye mostrar la crudeza de la vida, mostrando los conflictos económicos y sociales que moldean el destino de sus personajes.
“Salamat” es, en definitiva, un retrato intimo de la vida de José Ogalla, reconstruida a través de sus recuerdos y experiencias. El autor no busca ofrecer soluciones ni juicios morales, sino simplemente contar su historia, con todas sus contradicciones y complejidades. A través de su narrativa, Ogalla reflexiona sobre la naturaleza del amor, la pérdida, la identidad y el sentido de la vida. El libro se nutre de detalles personales, a menudo incómodos, que revelan el autor como ser humano, vulnerable y lleno de contradicciones. La obra se enfrenta a la idea del sufrimiento inherente a la existencia, pero también a la capacidad humana de encontrar sentido y fortaleza ante la adversidad.
Más allá de la autobiografía, la novela se convierte en una reflexión sobre la sociedad contemporánea. Ogalla critica la superficialidad de las relaciones basadas en la apariencia y el éxito económico, y denuncia la deshumanización que produce el avance de la tecnología. También aborda cuestiones éticas y morales, como la violencia, la corrupción y la falta de respeto a la vida. La obra no ofrece respuestas fáciles, pero sí invita a la reflexión sobre los valores que deben guiar nuestra conducta y sobre la importancia de la empatía y la solidaridad. El uso del lenguaje, directo y sin adornos, contribuye a esta transparencia y fuerza la reflexión en el lector.
Opinión Crítica de Salamat: con crítica y recomendaciones.
“Salamat” es una novela profundamente perturbadora, pero también extraordinariamente conmovedora. El estilo narrativo de José Ogalla es implacable y sin concesiones, y puede resultar incómodo para algunos lectores, especialmente debido a la exposición de experiencias de violencia y sufrimiento. Sin embargo, esta crudeza es precisamente lo que hace que la novela sea tan impactante y significativa. Ogalla no teme mostrarse vulnerable, y permite al lector acceder a una parte de su alma. La novela puede ser percibida como un «desahogo» narrativo, pero su valor radica en la honestidad brutal con la que el autor aborda temas complejos y tabúes.
A pesar de su tono sombrío, “Salamat” es una obra universal que trasciende los límites de la experiencia personal de Ogalla. La novela nos habla de la condición humana en su forma más esencial: de nuestro miedo a la muerte, de nuestro anhelo de amor y de conexión, de nuestra capacidad para el bien y para el mal. La obra se lee como un ejercicio de introspección, y nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida y sobre los valores que nos guían. Se recomienda leerla con paciencia y determinación, y estar preparado para confrontar las preguntas incómodas que plantea. Sin duda, un libro que dejará una huella duradera en el lector.
