Los nuevos escenarios por los que estamos transitando a nivel planetario demandan un papel más activo de la educación.
Esto requiere robustecer la profesión docente «entre lo que es y lo que debería ser, entre lo que hemos hecho y lo que se podría hacer».
Necesitamos saberes que revitalicen la educación como un proyecto integrador, poner en valor lo que otros han pensado y hecho para proyectarnos al futuro de otro modo y reinventar nuevas respuestas y acciones.