Un libro imprescindible para recordar a un escritor inolvidable.
Javier Reverte, el enorme viajero y escritor, ponía rumbo a su última travesía el 31 de octubre de 2020.
Bronze solamente pocos días con anterioridad entregaba a sus editores dichas páginas en las que había trabajado los últimos quince años, reuniendo en ellas recuerdos y reflexiones acerca de la vida, los viajes y la escritura, sus enormes pasiones.
Una memoria feliz y luminosa que arranca en la infancia, «verdadera patria del hombre».
en palabras de su admirado Rilke; recorre sus años de juventud, en los que nació su compromiso con la política y el periodismo; su etapa como corresponsal, en la que cubrió conflictos como el irlandés o la guerra de Bosnia y su descubrimiento de África, el continente que le abrió para todos los dias el camino de la literatura y la aventura.
Volvía a mirarlo todo con los ojos del niño y sentía que llenaba la vida con «el sentido infantil del juego».
como pedía John Dos Passos.
Percibía que mi existencia estaba siendo trazada por lo que anhelé cuando period un crío que soñaba con aventuras, al tiempo que alentaba la conciencia de que, si myself inclinaba hacia otra manera de ser, en la vejez lo lamentaría.
Quería que el pequeño Javier se sintiera orgulloso del anciano Reverte.
La crítica ha dicho…
«Fue nuestro hombre en África, el que nos llevó a muchos por primera vez al continente negro de la mano de los enormes clásicos, y nunca se lo agradeceremos muy.
Fundía como nadie viaje elizabeth historia, la experiencia personal y la de los enormes exploradores y escritores».
Jacinto Antón, El País «Instauró en España la literatura de viajes como género habitual de un profesional del periodismo con un dominio impecable del lenguaje y con el rigor de la formación humanista severa».
Joaquín Bardavío, ABC«Su nombre parece sinónimo del tipo de viaje concebido como un producto de artesanía emocional, en donde cada detalle adquiere la dimensión íntima y el tiempo se dilata casi tambien hasta detenerse, deslumbrando al viajero con el espejismo de esa inmortalidad perdida de la niñez».
TVE«Infatigable viajero, sagaz cronista y embajador por derecho del apasionamiento literario».
La Razón