“Pornotopia” no se centra en las fotografías o los artículos de Playboy, sino en el sistema circundante que los sostenía. Preciado expone una visión detallada de cómo Hefner, influenciado por las ideas de arquitectos como Étienne-Louis Boullée, utilizó el concepto de la «casa del soltero» como una herramienta de transformación social. La obra se basa en documentos de época, entrevistas y una investigación exhaustiva que revela que Playboy era mucho más que una simple revista; era un proyecto integral que incluía la construcción de propiedades y la gestión de un complejo ecosistema de placer. La idea central de la obra es que Playboy fue, en esencia, la primera “pornotopía” moderna: una utopía sexual diseñada para la producción de placer, consumo y, no menos importante, control social.
El libro detalla cómo Hefner, consciente de la amenaza que representaba la moralidad victoriana y el comunismo, buscaba crear una alternativa que ofreciera un espacio de libertad y experimentación. La arquitectura de estos espacios, detallada con un rigor asombroso, no se limitaba a la estética; estaba diseñada para manipular los sentidos, para inducir un estado de receptividad al placer y al consumo. La arquitectura de Playboy, según Preciado, funcionaba como un «programa de placer», un conjunto de estímulos diseñados para desestabilizar las normas morales y sociales, y para fomentar una nueva forma de experiencia sexual. Este proyecto, influenciado en parte por las ideas de Sade y Ledoux, se desarrollaba a una escala mucho mayor de lo que la historia oficial admite.
El complejo Playboy no era un simple club nocturno o una serie de casas de soltero. Se trataba de un vasto imperio que incluía la adquisición y remodelación de propiedades, la contratación y gestión de «conejitas» (en realidad, mujeres profesionales, muchas de ellas), y el diseño de espacios temáticos que evocaban diferentes épocas y culturas. La estructura de control era igualmente importante, con un sistema de vigilancia detallado, circuitos de seguridad, y una meticulosa gestión de las relaciones entre los individuos. La intención era crear un ambiente donde el placer fuera la norma, y donde la disidencia fuera imposible.
Preciado explica que el diseño de estos espacios se inspiró en las ideas de utopías sexuales revolucionarias, particularmente en las de Jean-Jacques Rousseau y, sobre todo, en las de Étienne-Louis Boullée, cuyas ideas sobre el “teatro del alma” influyeron profundamente en Hefner. La idea era que la arquitectura podía ser una herramienta para la “reconstrucción del alma”, para la eliminación de las inhibiciones y los prejuicios que impedían la experiencia del placer. Este proyecto se tradujo en la construcción de mansiones, «grutas tropicales», habitaciones temáticas (inspiradas en la Roma Imperial, el antiguo Egipto, incluso en el Japón feudal), circuitos de vigilancia, piscinas transparentes, y, de forma innovadora, residencias de «conejitas» y hasta aviones equipados con pista de baile y termas romanas. La escala del proyecto era simplemente impresionante.
Preciado argumenta que la inversión en esta infraestructura no era simplemente un gasto, sino una estrategia geopolítica. En la época de la Guerra Fría, la amenaza del comunismo se percibía como una amenaza al orden occidental, y Playboy, bajo la dirección de Hefner, podía verse como una forma de contrarrestar esa amenaza, ofreciendo una alternativa hedonista y desafiante a la moralidad victoriana. El objetivo era desestabilizar las estructuras de poder tradicionales, desafiar los valores morales establecidos, y, en última instancia, ofrecer una alternativa al «vacío existencial» que, según Preciado, la Guerra Fría había creado.
El libro revela un lado sorprendente de la historia de Playboy: su papel como un actor clave en la cultura mediática de la época. A través de la revista, Hefner, con la ayuda de arquitectos y diseñadores, pudo difundir su visión del «nuevo hombre moderno» y su propuesta de vida. Este complejo no era sólo una colección de propiedades, sino la primera instancia de un sistema de “cultivo del deseo”, una estrategia de marketing que luego sería imitada por las grandes corporaciones. La revista Playboy, con sus imágenes y sus artículos, se convirtió en un catalizador, llevando el proyecto a un público más amplio y contribuyendo a la creación de una nueva cultura del consumo y del placer.
Preciado también destaca el papel de las “conejitas” en el proyecto. Estas mujeres, a menudo procedentes de entornos marginales y con experiencias diversas, no eran meras modelos o actrices; eran participantes activas en el experimento social de Hefner. Su papel era, en última instancia, el de “proveer” una experiencia de placer que sirviera como ejemplo del tipo de vida que Hefner deseaba promover. La gestión de estas relaciones, con su intrincado sistema de recompensas y castigos, también era una forma de controlar y moldear el comportamiento de los individuos, contribuyendo así al éxito del proyecto.
La obra expone que Playboy no es solo un caso aislado; es un modelo para la producción de deseos y la manipulación de las identidades en un contexto de cambio social y tecnológico. La idea de un «Disneyland para adultos» no es una mera fantasía; es una estrategia que ha sido utilizada, con variantes, por diversas industrias, desde la industria alimentaria hasta la industria del entretenimiento. Preciado nos invita a reflexionar sobre cómo las estructuras de poder y las ideologías pueden utilizarse para moldear nuestros deseos y para controlar nuestro comportamiento, y sobre cómo la sexualidad y el placer pueden ser utilizados como herramientas de poder.
Opinión Crítica de Pornotopia: Arquitectura Y Sexualidad En Playboy Durante La Guerra Fria (38º Premio Anagrama De Ensayo)
«Pornotopia» es, en su esencia, un libro provocador y, a menudo, inquietante. Preciado ha logrado, con un rigor de investigación y una prosa incisiva, desmitificar la imagen romántica y hedonista que se ha construido a lo largo de los años sobre Playboy. El libro no es simplemente una historia sobre una revista para adultos; es una historia sobre el poder, el control, la sexualidad y la cultura de masas. A pesar de su oscuridad y de su tono a veces desconcertante, “Pornotopia” es un libro imprescindible para aquellos que deseen comprender la historia de la sexualidad moderna y las dinámicas de poder que subyacen a la cultura mediática.
Sin embargo, la obra no está exenta de críticas. Algunos podrían argumentar que Preciado tiende a sobreinterpretar la intencionalidad de Hefner, asignándole una agenda política más compleja de la que probablemente pretendía. Si bien es innegable que Hefner utilizó Playboy como una herramienta para contrarrestar la amenaza del comunismo, es posible que su visión del «nuevo hombre moderno» no fuera tan sofisticada como la presenta Preciado. No obstante, la investigación de Preciado es tan exhaustiva y persuasiva que estos argumentos no descuentan la importancia de su libro.
En términos de recomendaciones, «Pornotopia» no es un libro fácil de leer, pero es un libro que desafía al lector a replantearse sus suposiciones sobre la sexualidad, el poder y la cultura. Es un libro que necesita ser leído con atención, analizado críticamente, y considerado en el contexto histórico de la Guerra Fría. Para aquellos interesados en la historia del arte, la arquitectura, la cultura de masas, y las dinámicas de poder, «Pornotopia» es un libro que deberían leer con interés.
Recomendación final: «Pornotopia» no es un libro de lectura ligera, pero su impacto y su valor son enormes. Es un libro que no solo nos cuenta una historia sorprendentemente compleja y sorprendentemente involucrada, sino que nos fomenta a preguntarnos si la historia que nos han contado hasta ahora es la verdadera historia. Es un libro que debe ser leído con respeto y con un cuestionamiento constante, y con la esperanza de que nos ayude a comprender mejor el mundo que nos rodea.
