«En el Valladolid de 1974, un año antes de la muerte de Franco, Amalia no responde a ninguno de los parámetros del éxito personal o personal.
Belleza, juventud, inteligencia… aunque descubre la droga más poderosa: el poder.
Y el poder es el poder sobre la vida y la muerte.
Así, se convierte en la dueña del destino de los que la rodean.
Poder y destino combina la ambigüedad moral de los personajes con una sucesión de giros sorpresivos del argumento.
Con escenas cortas, su estética cinematográfica logra gran potencia dramática.»