La trama de “Ni siquiera los muertos” se centra en Juan de Toñanes, un antiguo soldado de la conquista, que ha sobrevivido a las guerras y, tras años de vagar como mendigo por las tierras fronterizas de México, recibe una última misión: cazar a un indio renegado conocido como el Padre. El Padre no es un líder religioso tradicional, sino un hombre que predica una peligrosa herejía, una especie de profecía que amenaza con desestabilizar el precario equilibrio de poder en la región. Esta misión representa para Juan una última oportunidad para encontrar un propósito en su vida y, quizás, para labrarse un porvenir acorde a los sueños que siempre ha tenido.
Sin embargo, la búsqueda del Padre se convierte en un viaje mucho más complejo y profundo de lo que Juan jamás imaginó. A medida que avanza en su camino, se encuentra con una serie de personajes y situaciones que lo conectan, de manera sorprendente, con eventos del pasado y con las realidades del presente. Conoce a campesinos que esperan un mundo más grandioso, a revolucionarios mexicanos que toman sus fusiles y, sobre todo, a mujeres asesinadas en el desierto de Ciudad Juárez, víctimas de una violencia implacable que se perpetúa a lo largo de los siglos. Estos encuentros lo obligan a cuestionar su propia identidad y a reevaluar su lugar en la historia.
La novela se construye a partir de múltiples narrativas que se entrelazan, cada una de ellas con su propia voz y perspectiva. A través de estas voces, Gómez Barcena construye un universo rico en detalles y contrastes, donde la violencia, la pobreza, la desesperación y la esperanza se entrelazan de manera inseparable. El Padre, en su constante viaje y predicación, se convierte en un símbolo de resistencia y de desafío a las estructuras de poder. La búsqueda de Juan, por su parte, representa el deseo humano de encontrar un sentido a la existencia, incluso cuando las circunstancias parecen irrevocablemente desfavorables.
La narrativa de “Ni siquiera los muertos” se caracteriza por su estructura fragmentada y su uso del viaje alucinado. La historia no se cuenta de manera lineal, sino que se presenta a través de saltos temporales, recuerdos, sueños y visiones. El lector es invitado a reconstruir la historia a medida que avanza la narración, buscando conexiones entre los diferentes fragmentos. Este recurso narrativo crea una atmósfera de misterio y ambigüedad, y permite al autor explorar temas como la memoria, el tiempo y la identidad de una manera profundamente innovadora.
La novela explora la conquista española de México no como un simple relato histórico, sino como un proceso que dejó una profunda huella en el paisaje, la cultura y la psique de la región. A través de los personajes y las situaciones que se presentan, Gómez Barcena examina las consecuencias del colonialismo, la explotación de los pueblos indígenas y la imposición de valores ajenos. La figura del Padre se convierte en un símbolo de resistencia a esta imposición, representando una alternativa a la religión oficial y un llamado a la justicia y la libertad.
Además de la crítica social, “Ni siquiera los muertos” es una reflexión sobre la condición humana. Los personajes de la novela son seres desamparados, marginados por la sociedad y condenados a una existencia precaria. Sin embargo, a pesar de su sufrimiento, mantienen viva la esperanza y luchan por un futuro mejor. La novela nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, es posible encontrar la fuerza para seguir adelante. La elección de utilizar como protagonista a un antiguo soldado de la conquista, desilusionado y casi olvidado por la historia, es crucial para la construcción de la novela. Este personaje, representa a todos aquellos «perdedores de la historia», aquellos que fueron víctimas de la ambición y la violencia de los poderosos.
Opinión Crítica de Ni Siquiera Los Muertos: Un Testimonio de la Tierra y el Tiempo
“Ni siquiera los muertos” es una novela impactante y memorable, que se queda en la mente del lector mucho después de haber terminado de leerla. Gómez Barcena ha logrado crear una obra que es tanto una aventura épica como una meditación existencial. La novela es una obra maestra de la narrativa moderna, con una estructura narrativa innovadora, una prosa que es a la vez poética y descriptiva, y una profundidad temática que es verdaderamente conmovedora.
La novela es unaclamación a los «perdedores de la historia». Gómez Barcena nos muestra que, a menudo, las victimas de la historia son las que realmente tienen el derecho a ser recordadas. La novela nos invita a reflexionar sobre el papel del individuo en la historia, sobre la responsabilidad de las sociedades con respecto a sus ciudadanos, y sobre la importancia de la justicia y la verdad. El autor nos presenta una visión crítica del pasado y del presente, una visión que es a la vez desafiante y esperanzadora.
“Ni siquiera los muertos” es una novela que merecía el reconocimiento que ha recibido. Es una obra imprescindible para cualquier lector que quiera explorar los rumios del tiempo, la complejidad de la historia y la fuerza del espíritu humano. La novela es una recomendación absoluta para aquellos que busquen una lectura profunda, emocionante y desafiante. La ambición de la novela no se ve disminuida por su complejidad. Gómez Barcena logra, mediante un narrador desengañado y una exploración del pasado y del presente, una historia que se lee como una advertencia y una reivindicación.
