Desde el momento en el que los primeros seres humanos se encontraron en nuestro planeta y observaron el curso de sus vidas, se plantearon tres interrogantes: ¿de dónde venimos?, ¿qué hacemos aquí? y ¿hacia dónde vamos? Una respuesta a la última de estas preguntas parece el tema de este libro.
En la pregunta misma está esbozada una respuesta: al morir nos vamos de aquí. Pero el hombre necesita saber algo más: ¿hacia dónde?, ¿cómo? Necesita pruebas y razones.
Con el nacimiento de las religiones, un fenómeno que no ofrece ninguna explicación científica, el hombre encuentra una repuesta a la importante pregunta: la vida se va al más allá y como realmente no desaparece, existirá allí eternamente.
La respuesta de las religiones permaneció como la única durante 4 o más milenios.
Al comienzo del siglo XX aparece una pléyade de científicos con una teoría tras otra: las dos de la relatividad de Einstein, la especial y la general, la mecánica cuántica, la teoría de las cuerdas, los multiversos y la teoría del caos.
Se logra, sin despreciar el aporte religioso, la posibilidad de aceptar que la ciencia explica cómo suceden las cosas, y la religión por qué suceden las cosas.
De este modo consensuado, podemos aceptar y afirmar el rol de la ciencia y la religión en la respuesta a la importan