La historia se centra en un día, 18 de septiembre de 96 d.C., un día previamente ordenado para “redactar la Historia”, pero que, desde el inicio, se ve afectado por una serie de eventos caóticos y violentos. La narrativa se despliega en múltiples líneas temporales y escenarios, creando una sensación de vertiginosa complejidad. Nos encontramos en el corazón de la Guarda Pretoriana, con sus intrigas palaciegas y asesinatos, en las arenas del Coliseo, donde gladiadores y bestias se enfrentan en combates sangrientos, en las alcantarillas de Roma, donde un grupo de gladiadores rebeldos planea su venganza, y en el seno de la familia imperial, donde las lealtades se fracturan y la traición acecha en cada esquina.
El principal protagonista, un guardián pretoriano llamado «El Negro», se convierte en el catalizador de esta red de asesinatos. Al intentar proteger al emperador Adriano de un complot, accidentalmente desencadena una cadena de eventos que se convierte en una carrera contra el tiempo. A medida que el libro avanza, descubrimos que el asesinato de Adriano es solo la punta del iceberg. Una conspiración mucho más profunda, que involucra a los nueve emperadores que, uno tras otro, gobernaron Roma durante estos treinta y cinco años, se revela con una brutalidad escalofriante. La trama se complica con la aparición de personajes como la gladiadora «Valkiria», una guerrera escita que se enfrenta a la dura realidad de la vida en la arena, y el último discípulo de Cristo, un hombre atormentado por su fe y perseguido por las autoridades imperiales. La novela no se limita a la política y la guerra; también explora temas como la locura, la esperanza, la amistad y la búsqueda del sentido de la vida.
La intriga alcanza su punto culminante con la reaparición del mito de las amazonas, que, según se revela, existen en las profundidades de Europa, y que, de hecho, están jugando un papel crucial en la conspiración. El libro también se aventura en territorios menos explorados por la ficción histórica, como la erupción del Vesubio, que sirve como telón de fondo para una escena de caos y desesperación, y la exploración de las alcantarillas de Roma, donde un grupo de gladiadores dispuestos a todo avanza por las alcantarillas de Roma. Nada ni nadie puede detenerlos. Ni siquiera la Historia. La novela es un torbellino de violencia, traición y esperanza, un reflejo de la complejidad y la contradicción inherentes a la Roma Imperial.
La narrativa de Posteguillo se caracteriza por su estilo narrativo implacable y su capacidad para generar tensión. La trama se desarrolla a través de múltiples puntos de vista, permitiendo al lector obtener una visión completa de los acontecimientos y de las motivaciones de los personajes. La edición especial del 10º aniversario y el énfasis en el 18 de septiembre del año 96 d.C. no solo sirven como marco temporal, sino que subrayan la idea de que la historia, en su propia naturaleza, siempre está en proceso de ser escrita, susceptible a ser alterada por la acción humana y la imprevisibilidad del destino.
El libro explora con detalle la dinámica del poder dentro de la Guarda Pretoriana, mostrando cómo la ambición, la corrupción y la traición pueden erosionar incluso las instituciones más poderosas. La relación entre Adriano y Trajano, que emerge como un pilar central de la narrativa, es un estudio fascinante de la dinámica entre mentor y aprendiz, de la lealtad y la desilusión. La historia de «El Negro», el guardia pretoriano, se convierte en un símbolo de la fragilidad del individuo frente al poder impersonal del Imperio. La novela no solo ofrece un relato de intrigas palaciegas, sino que también explora temas de moralidad, justicia y la búsqueda de la identidad en un mundo dominado por la opresión.
La novela también destaca por su representación de la vida en el Coliseo, que no se limita a ser un escenario de violencia, sino que también refleja la sociedad romana de la época. Los gladiadores, lejos de ser simples matones, son retratados como individuos con sus propias historias y motivaciones, víctimas tanto de la brutalidad del espectáculo como de la opresión de las clases dominantes. La llegada de la gladiadora «Valkiria» y su historia de lucha por la libertad, sirve para enfatizar la crítica social que el autor está llevando a cabo. El libro no solo nos ofrece un relato de acción y aventura, sino que también nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de la violencia, la injusticia y la corrupción.
Además, la inclusión del «último discípulo de Cristo» le da a la historia una dimensión espiritual. Esta figura, atormentada por la fe y perseguida por las autoridades imperiales, sirve para cuestionar la relación entre el poder religioso y el imperial, y para explorar la búsqueda de la verdad y la esperanza en un mundo de oscuridad y desesperación. La novela no se limita a ser un relato de aventura histórica; es un estudio profundo y complejo de la naturaleza humana, de la condición humana y de las contradicciones inherentes al poder y al imperio. El final de la novela, con el grupo de gladiadores que rompen la muralla del Coliseo, simboliza la resistencia y la capacidad de los individuos para desafiar incluso las estructuras de poder más establecidas.
Opinión Crítica de Los Asesinos Del Emperador: Unánime en su Admirable Ejecución
“Los Asesinos Del Emperador” es, sin duda, una de las obras más ambiciosas y exitosas del género histórico en la literatura contemporánea. Santiago Posteguillo ha logrado crear una novela que no solo entretiene, sino que también informa y estimula la reflexión. La novela se erige como un modelo de investigación histórica y de narrativa. La construcción de los personajes es excepcional, cada uno con su propia personalidad, motivaciones y contradicciones. La novela es un ejemplo de cómo la ficción puede utilizarse para explorar y comprender mejor el pasado.
La principal fortaleza de la obra radica en su ritmo frenético y su capacidad para mantener al lector enganchado. Posteguillo sabe cómo crear tensión y suspense, y utiliza la violencia y el drama de forma eficaz para generar impacto. La novela es una experiencia de lectura visceral, que te mantiene en tensión desde la primera página hasta la última. Más allá de la acción y el drama, la novela también está llena de momentos de belleza y de poesía. Posteguillo sabe cómo describir la arquitectura, la vestimenta y los paisajes de la Roma Imperial de forma vívida y evocadora. La novela es una celebración de la cultura y del arte romanos.
Sin embargo, la novela no está exenta de críticas. Algunos críticos han argumentado que la trama es demasiado compleja y que puede resultar confusa para algunos lectores. También han señalado que la novela es excesivamente violenta y que puede resultar perturbadora para algunos lectores. No obstante, la ambición de Posteguillo es clara: ofrecer una visión completa y sin filtros de la Roma Imperial, y la novela cumple con esta ambición, sin miedo a mostrar la crudez y la brutalidad de la época. Considerando estos puntos, «Los Asesinos Del Emperador» se presenta como una obra maestra del género, que ha dejado una huella imborrable en la literatura histórica contemporánea.
Recomendaciones:
- Si te gusta la historia y la ficción histórica, no dejes de leer «Los Asesinos Del Emperador».
- Si te gusta la acción y el drama, te encantará esta novela.
- Si te gusta el suspense y el misterio, estarás enganchado desde el principio.
- Es una excelente introducción al mundo de la Roma Imperial, y te inspirará a leer más sobre la historia de este fascinante período. La novela es un testimonio del potencial de la ficción para enriquecer nuestra comprensión del pasado y para hacernos reflexionar sobre el presente.


