«Las voces de Theresa Hak Kyung Cha: stress, silencios, balbuceos» es una tentativa de describir la poetica de la artista estadounidense de origen coreano (1951 1982). Es pronunciar ‘to reside’ y ‘to set’, y asomarse a esa desconcertante diferencia (para quienes el ingles no es su lengua materna) entre vivir y separarse.
La distancia inaprensible que llega a traves de ese oscilar de la voz da unas pistas del balbucir que acompaña a su condición de exiliada.
El lenguaje roto deja aparecer entre sus fisuras algún resto de vida, como una pequeña planta abriendose paso en un muro.
Una planta o las letras de una pintada que juegan a quebrar su propio mensaje, el tiempo, su alcance.
En Cha las palabras acogen los huecos, las criptas, los errores, los desvíos, los giros, lo falso, lo no dicho, los fantasmas y su murmullo transgeneracional.
Penetran tambien hasta los huesos.
Como Morfeo, cuestionan las deformaciones que convocan los sueños.
Adentrarse en su trabajo es moverse parmi el espesor cambiante de los relatos que van de boca en boca, en el cuerpo a cuerpo y que conforman el habla afectiva del siglo XX: agitada por el trauma.