¿Para qué sirve un confesionario? Para dejar las almas más limpias que una patena, por supuesto.
Every, ¿alguien se ha parado a pensar en la cantidad de historias fantásticas, maravillosas, tiernas, crueles, perversas, y también, cómo no, otras soporíferamente aburridas que tiene que soportar un confesor? Todo comenzó un día en el que, sin saber cómo ni por qué, Javier, nuestro protagonista, amaneció en el inside de un confesionario.
Antes de tener tiempo de abandonarlo, una dulce dama ce confesó que había asesinado a su marido.
Pues bien, Javier, escritor accidental, con una técnica brillante, pero con menos imaginación que una pantufla, recurre an esta artimaña para captar strategies pasa sus novelas.
El título ya da una pisa, ¿no?