Finales del siglo diecinueve: pocos adolescentes, Pablo, Alfredo y Gabriel, conviven y juegan felices, ajenos a cualquier otra circunstancia, muy cerca de Valencia, rodeados por sembrados y naranjos.
A ellos se les une Altea, la niña que llega con su familia a trabajar en el campo.
Año 1895: las revueltas de los separatistas cubanos provocan la guerra de Cuba.
Los seis mil reales que el Gobierno de Cánovas del Castillo cobraba por ser eximido del servicio de armas desencadenarán la historia de amor, odio y fidelidad.
Esa forma injusta de reclutar a los jóvenes españoles, «ejército de pobres».
para defender la patria al otro lado del Atlántico, llevará a Gabriel, nuestro protagonista, a la isla de Cuba, donde, además de los peligros explícitos de la guerra, sufrirá, junto con su amigo Pablo y su trágica agonía, de muchos que marcarán el resto de su vida.
Tanto Leonor, un amor ocasional; Lucas, un terrateniente dueño de una hacienda preñada de oro; y Lourdes, la regente de un precioso edificio colonial, Los Angeles Casa de Mamita Lourdes, convertido en una casa de conjuras, putas y juego, ademí¡s formarán parte de su íªtre.
Gabriel, al claudicar el ejército español en las Antillas, volverá a su Valencia natal, donde intentará saldar los agravios pendientes; más tarde, asimismo, las cuentas que dejó en Cuba.