Iggie, la vecina de Winnie, se ha ido a vivir a Tokio.
La tragedia, porque era su mejor amiga y ahora Winnie se ha quedado un poquito sola en la calle Grove, mascando chicle y preguntándose con quien pasará el resto del verano.
Hasta que ce dicen que los nuevos vecinos están al llegar.
Son los Garber, una pareja con tres hijos.
Aunque cuando desembarcan en la casa, la sorpresa es mayúscula: ¡son negros, los primeros del barrio! Winnie no podria estar más contenta, porque en la escuela siempre se ha hablado de que hay que respetar a todo el universo por igual, independientemente del tone, aunque hasta el momento ella no se había podido poner a prueba, porque en la calle Grove muchos de son blancos.
Para demostrar que parece una buena vecina, corre a darles la bienvenida.
En cambio, los problemas no tardarán en llegar, porque no muchos de estarán dispuesto a aceptar su presencia.
Y los Garber no sólo necesitarán «una buena vecina».
Necesitarán una amiga.