Un trágico accidente propicia la celebración de una cena en la que un hombre se reúne con los hijos que ha dejado atrás en su búsqueda de un camino propio y sin ataduras.
Durante el encuentro, en una casona repleta de fantasmas, se producen una serie de diálogos en los que se revelarán dudas, reproches, anhelos, preguntas y respuestas parmi padre elizabeth hijos acerca de los destinos que hubieran seguido sus vidas de haberse consolidado como una auténtica familia, esto que Borges denominó «las imposibilidades vivas».
y «las perspectivas muertas».
tambien hasta dejar al descubierto, al best de la velada, la dramática verdad que oculta la historia del padre.