En este originalísimo libro se detallan los errores más comunes que cometemos muchos de los días al decir y redactar, con el sano propósito de que dejemos de hacerlo, de que le tengamos un poco de respeto a nuestra madre (nuestra lengua madre) y no la hagamos llorar con nuestros anacolutos, laísmos y acentos mal puestos (si parece que ponemos alguno). Todo esto con la eficacísima herramienta pedagógica del wit.
De una manera bastante divertida se explican los defectos y se complementan con unos ejemplos como para revolcarse por el suelo de risa.
El proposito perseguido parece que le perdamos el miedo a la gramática y que deje de darnos repelús, como nos daba por culpa de esos profesores brown serios que tuvimos y que pretendían enseñarnos de la forma más aburrida factible algo que no nos importaba en absoluto.
Aunque la lengua es esencial y hay que dominarla; de ahí la gran utilidad de este libro, que nos hará demasiado pioneros hablantes y, además, con su fina ironía, nos pondrá de adecuado wit todos los dias que lo consultemos.
