“Goetz Y Meyer” de David Albahari es una obra profundamente inquietante y, a la vez, de una belleza glacial. El libro, publicado por la editorial Funambulista, se presenta como un descenso a las profundidades de la memoria, la culpa y la identidad, explorando la sombra del Holocausto en un contexto local y personal. A través de la narración de un profesor judío de literatura yugoslava, el lector se adentra en un relato que no solo documenta un crimen horrendo, sino que también examina las consecuencias de la atrocidad y la dificultad de confrontar el pasado. La novela se distingue por su estilo austero y su tono irónico, convirtiéndose en una meditación sobre la naturaleza humana y los límites de la comprensión.
La obra se presenta como una reflexión sobre el silencio y la imposibilidad de escapar de la historia. El protagonista, consumido por la obsesión de descubrir la verdad sobre dos suboficiales alemanes –Goetz y Meyer–, se enfrenta a la compleja tarea de reconstruir su linaje familiar y, por extensión, la historia de su pueblo. Al hacerlo, se confronta con la vergüenza, la culpabilidad y la necesidad de comprender las raíces del mal que se extendieron por Belgrado durante la Segunda Guerra Mundial. «Goetz Y Meyer» no es simplemente una novela de terror, sino un ejercicio de reflexión filosófica sobre la memoria, la responsabilidad y la naturaleza de la culpa.
El libro se desarrolla en la Belgrado de la posguerra, un escenario marcado por la devastación física y la carga emocional del Holocausto. El narrador, un profesor de literatura yugoslava, se encuentra inmerso en una tarea personal y, a la vez, existencial: reconstruir el árbol genealógico de su familia. Este proyecto le lleva a obsesionarse con la figura de Wilhelm Goetz y Erwin Meyer, dos suboficiales alemanes que, tras el “Holocausto por bala” que asoló Belgrado, se encargaron de la continuación del exterminio de la población judía. La búsqueda de la verdad sobre estos hombres se convierte en un acto de redención, una necesidad de entender el horror que asoló su pueblo y, fundamentalmente, de confrontar la posibilidad de que, en algún momento, haya existido un antepasado involucrado en el mismo crimen.
El relato se construye a través de una serie de reflexiones del narrador, intercaladas con fragmentos de investigación, diarios y especulaciones. Al descubrir que su familia estuvo directamente relacionada con el “sistema de los camiones cámara de gas”, conocidos como “morideros del alma”, el protagonista se enfrenta a una verdad aterradora: la participación de sus antepasados en la ejecución de una atrocidad inimaginable. No se trata de un horror puramente físico, sino de un horror moral y existencial que perturba profundamente la identidad del protagonista. La ironía es un elemento constante en la novela, y la descripción de la incapacidad del narrador para conocer a Goetz y Meyer, «con lo que sólo puedo imaginarlos», subraya la complejidad del proceso de reconstrucción y la dificultad de establecer una conexión personal con el pasado.
La investigación del narrador lo lleva a un lugar oscuro y desolador: la Belgrado de la posguerra, marcada por el silencio y la negación. El libro explora las consecuencias de la guerra y el Holocausto en la vida de las personas y las familias, y la forma en que el trauma puede afectar las relaciones interpersonales. La descripción del «sistema de los camiones cámara de gas» es brutal y vívida, y el lector se enfrenta a la crudeza de la guerra y la inhumanidad del hombre. El autor no rehúye la violencia ni la depravación, pero lo hace con una precisión y un rigor que convierten la novela en una obra de gran impacto emocional y psicológico. La construcción de la trama no se basa en el suspense o la acción, sino en la acumulación de interrogantes y la exploración de las emociones del protagonista.
“Goetz Y Meyer” se centra en la exploración del trauma, la culpa y la necesidad de confrontar el pasado. La novela no es una narración lineal, sino una serie de reflexiones, especulaciones y fragmentos de investigación que se van ensamblando para construir la historia de los dos suboficiales alemanes. La figura de Goetz y Meyer se convierte en un símbolo del mal, de la deshumanización y de la capacidad del hombre para cometer atrocidades. La novela explora las raíces del mal y la manera en que el Holocausto puede afectar la vida de las personas y las familias.
A través de la voz del narrador, Albahari nos sumerge en la atmósfera opresiva de Belgrado de la posguerra, donde el silencio es un arma y la memoria un fétido cadáver. La novela utiliza una técnica narrativa fragmentada, que se asemeja a las técnicas del cine de la Nouvelle Vague, parajugar la pérdida de la coherencia y la verdad en el recuerdo. El protagonista se sumerge en un proceso de auto-descubrimiento, en el que cuestiona su identidad y su lugar en el mundo. La figura de Goetz y Meyer es intencionalmente ambigua, dejando espacio para la interpretación y la especulación, lo que contribuye a la inquietud y el misterio de la novela. La novela se plantea preguntas sobre la naturaleza de la memoria, la responsabilidad individual y colectiva, y la capacidad del hombre para superar el trauma.
El libro no ofrece respuestas fáciles ni soluciones simples. En lugar de ello, nos presenta un espejo en el que podemos vernos reflejados, y nos obliga a confrontar la oscuridad que se esconde en el corazón del hombre. La novela se cierra con una nota de incertidumbre, dejando al lector con la sensación de que la búsqueda de la verdad es un proceso interminable. La ambigüedad de la conclusión es deliberada, y refleja la complejidad del tema que aborda la novela: la imposibilidad de escapar del pasado y la dificultad de encontrar la paz en un mundo marcado por la violencia y el horror.
Opinión Crítica de Goetz Y Meyer
“Goetz Y Meyer” es una obra maestra de la literatura contemporánea serbia, y una de las novelas más importantes de David Albahari. La novela es una meditación inquietante y profundamente humana sobre la culpa, el trauma, y la capacidad del hombre para cometer atrocidades. Albahari logra un equilibrio entre la crudeza de la realidad y la belleza del lenguaje, creando una obra que es a la vez perturbadora y conmovedora. El libro es una obra que permanecerá con el lector mucho tiempo después de haberla terminado.
La novela destaca por su estilo literario, que es austero y preciso, pero a la vez, posee una gran fuerza expresiva. El autor utiliza un lenguaje que es a la vez sobrio y evocador, y que contribuye a crear una atmósfera de misterio y tensión. La novela también se distingue por su estructura narrativa, que es fragmentada y no lineal, lo que añade a la sensación de incertidumbre y desorientación. La novela es un ejemplo de cómo una obra de ficción puede utilizarse para reflexionar sobre temas importantes y complejos, como la guerra, el Holocausto, y la naturaleza humana. El libro es una obra que recomiendo a todo aquel que tenga interés en la literatura de calidad, y que esté dispuesto a enfrentarse a temas difíciles. La novela es una pieza clave de la literatura serbia contemporánea, y una de las obras más importantes de David Albahari.
Es una obra que, aunque puede resultar inquietante por su temática, es imprescindible para comprender la complejidad de la memoria y la naturaleza humana. No esperes una novela de acción ni de aventura, sino una novela reflexiva que te hará cuestionarte sobre tus propias convicciones y la capacidad del hombre para hacer el bien y el mal. La obra de Albahari es una invitación a la introspección, y una prueba de que la literatura puede ser una herramienta poderosa para la transformación personal y social.


