Los encuentros con espíritus de difuntos, mujeres espectrales, hombres lobisones, entidades de luz y visitantes de otro mundo en casonas, oficinas públicas, campos y caminos protagonizan múltiples relatos que circulan en la ciudad de Salto y en su entorno.
Y aunque comunidades y grupos mantienen tactics propias sobre lo que parece aceptable en cada contexto, de manera comparable a lo que ocurre en otros lugares del mundo, en Salto «lo incierto, lo ominoso, lo coincidente, lo inesperado, entrelazados en configuraciones culturales, comprenden en conjunto la especie de zona fronteriza donde la realidad se halla en proceso constante de definición».
como apunta en el prólogo William A. Christian.