Miguel, el protagonista, es un hombre atrapado en un ciclo vicioso de adicción al póker online y una profunda fobia social. Durante diez años, ha vivido recluido en un ático, financiando su pasatiempo virtual a través de sus partidas en línea. Este aislamiento no es fruto de una decisión consciente, sino de una evolución gradual, impulsada por su incapacidad para interactuar con el mundo exterior. La tecnología, en lugar de ser una herramienta de conexión, se convierte en su refugio, su distracción y, finalmente, su prisión. Para compensar su desconexión social, Miguel se sumerge en el universo de las redes sociales y las aplicaciones de contacto, utilizando estas herramientas para crear una personalidad idealizada, la que él considera que merece. Esta construcción de «yo» digital es una estrategia de afrontamiento, un intento desesperado de llenar el vacío existencial que siente.
El retrato de Sara, su terapeuta, es fundamental para entender la dinámica de la historia. Ella representa el único hilo que une a Miguel con el exterior, una figura de autoridad y, en cierta medida, de esperanza. Sin embargo, su relación es tensa y marcada por la incomprensión mutua, acentuando el aislamiento de Miguel. Además, su compañía física es limitada, mientras que la comunicación digital se convierte en la principal forma de interacción. Asimismo, Stan, su gato, se convierte en la única constante en su vida, una criatura silenciosa y leal que ofrece un consuelo físico y emocional, aunque limitado. La estricta rutina diaria de Miguel, meticulosamente organizada para controlar su entorno y mantener su comportamiento bajo control, solo sirve para enfatizar su desconexión del mundo exterior.
El encuentro con Joana, su último «match» en Tinder, marca un punto de inflexión en la historia. Su repentina desaparición, producto de una serie de eventos inesperados y posiblemente peligrosos, obliga a Miguel a confrontar sus límites, tanto físicos como emocionales. La aparición de Joana, que inicialmente representa una oportunidad de escapar de su aislamiento, desencadena una serie de acontecimientos que lo llevan a cuestionar todo lo que ha construido y a enfrentarse a la realidad, que resulta ser mucho más compleja y, a menudo, más amenazante, que la simulación que ha creado. La novela explora, de manera perturbadora, la vulnerabilidad de un individuo que ha construido su vida sobre la base de la falsedad y la evasión.
La novela se estructura en torno al viaje de Miguel desde la cómoda y controlada existencia en su ático hasta la crisis que desencadena la desaparición de Joana. Se puede observar una evolución gradual en el personaje, desde la aceptación inicial de su aislamiento y la construcción de su «yo» digital hasta la angustia y la desorientación que experimenta al verse obligado a interactuar con el mundo real. La adicción al póker, inicialmente una forma de sustento, se convierte en un símbolo de su incapacidad para tomar riesgos y de su temor a las consecuencias de sus acciones. El juego en línea, con sus reglas predefinidas y su anonimato, ofrece un refugio donde puede esconderse de sus propios problemas y de las expectativas sociales.
La desaparición de Joana, que la novela no revela completamente hasta el final, es el catalizador de la crisis de Miguel. Su secuestro, y las circunstancias que lo rodean, revelan la fragilidad de su mundo virtual y la falta de control que ejerce sobre su vida. Se revela que Joana, a pesar de ser una figura creada en la simulación, ha generado en Miguel un sentimiento de esperanza y de conexión genuina, lo que lo impulsa a tomar riesgos que nunca antes habría considerado. La novelista, Jorge Salas, utiliza el suspense para mantener al lector enganchado, ofreciendo pistas y desarrollos inesperados que profundizan en la complejidad de la relación entre Miguel y Joana.
Además de explorar la adicción a las redes sociales y el aislamiento social, la novela también plantea cuestiones sobre la identidad, la realidad y la construcción de la imagen. Miguel se ha creado una identidad artificial, basada en la apariencia y en el éxito en el póker online, que le permite evadir la necesidad de enfrentarse a sus propios miedos y a sus inseguridades. La relación con Joana, aunque breve, le obliga a cuestionar esta identidad y a reconocer la autenticidad de sus sentimientos. La novela, en esencia, es una advertencia sobre los peligros de vivir una vida basada en la simulación y la importancia de conectar con el mundo real, incluso si eso implica enfrentarse a la incertidumbre y al dolor.
“Estoy Tan Cansado Que Las Ovejas Me Cuentan A Mi” es un libro que, inevitablemente, dejará una huella en el lector. Es una obra inteligente y bien escrita, que nos obliga a cuestionar nuestras propias elecciones y a reflexionar sobre el impacto de la tecnología en nuestras vidas. Más allá de la trama, la novela es un llamado a la conciencia y a la responsabilidad en un mundo donde la conexión virtual puede ser tan fácilmente engañosa. La obra de Jorge Salas es, en definitiva, un testimonio de la vulnerabilidad del ser humano en el siglo XXI.
