La historia gira en torno a dos personajes principales, Miguel y Laura, ambos periodistas y escritores, unidos por un pasado turbio y una habilidad innegable para infiltrarse en los lugares más peligrosos. Sin embargo, esta apariencia de éxito profesional esconde una verdad mucho más inquietante: Miguel y Laura son, en realidad, agentes de inteligencia dedicados a operaciones encubiertas. Han servido a España y a países del universo árabe, participando en misiones que, según la narrativa de Cano Vera, han resultado en numerosos “golpes”, algunos visibles y otros, mucho más sutiles y profundos.
La trama se desarrolla a lo largo de varias décadas, comenzando en los años 70, cuando la Guerra Fría aún dominaba la escena internacional y España se encontraba en plena transición democrática. Miguel y Laura, en esa época, se ven involucrados en operaciones encubiertas en países como Argelia y Marruecos, donde se desentrañan conspiraciones y se recogen información vital para los intereses de la inteligencia española. La novela explora las complejas relaciones entre España, Marruecos y la OTAN, mostrando las tensiones y los intereses que alimentaron las operaciones encubiertas.
A medida que avanza la historia, la novela se adentra en el presente, culminando con la revelación de los recientes “golpes” que han sacudido a España. Se explora el impacto del «trojan chino», la filtración masiva de datos sensibles a través de la red, desde la perspectiva de los agentes de inteligencia. Se analiza cómo esta vulnerabilidad, no solo es un ataque cibernético, sino también una manifestación de la manipulación de la información y la desconfianza que existe entre los ciudadanos y las instituciones. La narrativa de Cano Vera se convierte en un potente alegato contra la opacidad gubernamental y la falta de control sobre la información.
La figura de Miguel y Laura como agentes de inteligencia añade una capa de complejidad a la historia. Sus acciones, aunque aparentemente justificadas por el interés nacional, plantean interrogantes sobre la ética y los límites del poder. La novela se adentra en las sombras del poder, mostrando cómo la inteligencia puede ser utilizada para fines ilícitos y cómo los agentes encubiertos pueden volverse adictos a la manipulación y el engaño. A través de la dualidad de estos personajes, Cano Vera nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la verdad y la dificultad de discernir entre el bien y el mal.
El núcleo de «Estado De Miedo» reside en la exposición de las operaciones encubiertas llevadas a cabo por el servicio de inteligencia español a lo largo de las décadas. La novela no se limita a narrar la trama de estos operativos; Cano Vera los describe con una meticulosidad que se siente, ofreciendo detalles sobre la planificación, ejecución y consecuencias de cada una. Se desarrollan en escenarios tan diversos como la Algeciras de Andalucía, el Sahara Occidental y las calles de Marruecos. Esta atención al detalle no es meramente descriptiva; la utiliza para reforzar la sensación de que la historia es real y que, potencialmente, podría haber ocurrido.
La relación entre Miguel y Laura es otro elemento central. Inicialmente se presentan como un dúo ideal, un equipo de espías perfectamente coordinado, pero a medida que la trama avanza, se revela que su relación está plagada de tensiones, secretos y desconfianza. La dinámica entre ellos, como elementos importantes de la historia, no solo sirve para construir la narrativa, sino que también, es un reflejo de la fragilidad de la confianza, incluso en las relaciones más cercanas. Se muestra la necesidad de que cada uno de los dos se preocupe por mantener el secreto, incluso si eso significa mentir.
La novela no evita abordar temas controvertidos como el terrorismo, la injerencia extranjera y la manipulación de la información. Cano Vera explora las conexiones entre el servicio de inteligencia español y grupos terroristas, mostrando cómo la inteligencia puede ser utilizada para financiar y apoyar a estos grupos. También analiza el papel de otros países, como Estados Unidos y Francia, en las operaciones encubiertas españolas. Este enfoque, lejos de simplificar la historia, la enriquece con matices y complejidad.
La exploración del «trojan chino» representa un punto culminante de la novela. Cano Vera no se limita a describir el ataque cibernético en sí, sino que lo utiliza como un catalizador para exponer las vulnerabilidades del sistema democrático español. La novela plantea preguntas sobre la capacidad del gobierno para proteger la información sensible y la confianza de los ciudadanos en las instituciones. La manera en que se expone este acontecimiento es un claro reflejo de las preocupaciones actuales sobre la seguridad de la información y la necesidad de una mayor transparencia en el gobierno.
Opinión Crítica de Estado De Miedo: Un Testimonio de la Realidad
«Estado De Miedo» es un libro ambicioso y complejo que, a pesar de sus más de 600 páginas, nunca se vuelve pesado o aburrido. La escritura de José Juan Cano Vera es ágil y efectiva, y la trama se desarrolla a un ritmo constante que mantiene al lector enganchado hasta el final. La novela es un testimonio de la realidad, una reflexión sobre la historia y la inteligencia española, y una crítica mordaz a la corrupción y la manipulación de la información.
Cano Vera demuestra una profunda comprensión de la historia española y de las complejidades de las relaciones internacionales. Su investigación es rigurosa, y sus personajes son creíbles y bien desarrollados. La combinación de ficción y realismo es magistral, y la novela se siente como un documento histórico que podría haber sido descubierto en archivos secretos. Además, el autor, en momentos de la trama, incluye referencias a hechos reales, lo que añade una extra capa de veracidad a la historia, obligando al lector a cuestionar lo que está leyendo.
Sin embargo, no está exenta de posibles críticas. Algunos podrían argumentar que la trama se vuelve un poco confusa en ciertos momentos, debido a la cantidad de personajes y eventos que se presentan. Además, algunos podrían considerar que la novela es demasiado crítica con el gobierno español, aunque es importante recordar que la obra es una ficción. No obstante, estas son pequeñas quejas que no disminuyen en absoluto el valor y el impacto de «Estado De Miedo». Es un libro que merece ser leído, debatido y reflexionado. una obra imprescindible para entender el pasado y el presente de España. Una lectura que deja una huella imborrable, obligándonos a pensar en las sombras que se esconden tras las decisiones políticas y en los peligros de la manipulación de la información.
