La arqueología del noroeste de la Península Ibérica, específicamente en relación con los castros y sus asentamientos, ha sido objeto de considerable estudio. Sin embargo, ciertas zonas, como la cuenca media del Miño, permanecen relativamente menos investigadas, ofreciendo oportunidades valiosas para comprender mejor la organización social, económica y política de las comunidades que habitaron estas estructuras en épocas pre-romanas. Este trabajo, publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se centra precisamente en llenar este vacío, proponiendo una inmersión profunda en un territorio específico, la cuenca del río Barbantiño, para reconstruir la historia de los castros en la región. La investigación se basa en un enfoque de estudio de zona, con el objetivo de entender cómo estos asentamientos interactuaron con su entorno y cómo evolucionaron a lo largo del tiempo.
El presente análisis se adentra en un periodo de tiempo crucial, desde el siglo VIII a.C. hasta el siglo II d.C., comprendiendo así el desarrollo y transformación de las comunidades castrenses. El libro no solo busca descifrar los vestigios materiales que dejaron, sino también comprender los procesos complejos que moldearon las sociedades que habitaban estos espacios. el estudio se convierte en una herramienta fundamental para entender la dinámica de los poblamientos antiguos en el noroeste de la Península Ibérica.
El libro «Espacios Y Paisajes Castreños En La Cuenca Media Del Miño Desde Sus Origenes Hasta La Dominacion Romana» se basa en un meticuloso trabajo de análisis territorial que abarca un periodo de tiempo considerable, desde la época heroica (siglo VIII a.C.) hasta la llegada y establecimiento de la dominación romana (siglo II d.C.). El estudio se centra en la cuenca del río Barbantiño, situado en la media del Miño, seleccionada por su importancia estratégica y su potencial para revelar información sobre la organización y el funcionamiento de los castros en la región. Este enfoque de estudio de zona permite una comprensión más contextualizada del registro arqueológico, considerando no solo los restos materiales, sino también la relación entre estos y el paisaje circundante.
La investigación se basa en una combinación de datos obtenidos a partir de excavaciones arqueológicas, incluyendo la recuperación de artefactos y restos arquitectónicos; prospecciones arqueológicas, que permiten la identificación de nuevos yacimientos y la contextualización de los ya conocidos; y, lo que es fundamental, estudios basados en técnicas de análisis territorial. Este último aspecto implica el uso de herramientas como el análisis de sistemas de información geográfica (SIG), la cartografía arqueológica y el análisis de la topografía para reconstruir el espacio físico ocupado por los castros, así como para comprender las rutas de comunicación, los patrones de asentamiento y las relaciones comerciales que existieron en la zona. Se presta especial atención a la interpretación del registro material – desde cerámicas y herramientas de piedra hasta armas y ornamentos – en su contexto local, intentando desentrañar la función de los castros, la organización social de sus habitantes, y la interacción entre ellos y su entorno. El estudio revisa aspectos clave, incluyendo la evolución de las técnicas de construcción, la utilización de recursos naturales, y la adaptación de los castros a los cambios climáticos y ambientales.
La investigación aborda la cuestión crucial de la continuidad y el cambio en las comunidades castrenses a lo largo de un milenio. Se analiza cómo los castros respondieron a las presiones internas (guerras, conflictos sociales) y externas (migraciones, incursiones de otros pueblos), y cómo se transformaron a medida que la influencia romana se hizo cada vez mayor. Se exploran las posibles relaciones entre los castros de la cuenca del Miño y otros asentamientos castrenses del noroeste de la Península Ibérica, así como su contacto con las poblaciones celtícolas de la costa atlántica. La recopilación y análisis de datos permite una lectura contextualizada de la evolución de las estructuras y actividades castrenses.
El libro se centra en desentrañar la complejidad del poblamiento celta en la cuenca del Miño, ofreciendo una visión detallada de cómo estos asentamientos interactuaban con su entorno y se adaptaban a las circunstancias cambiantes a lo largo del tiempo. La metodología empleada, que combina excavaciones, prospecciones y análisis territoriales, permite unificar el registro arqueológico en una comprensión holística del espacio celta. Se identifican características clave de estos asentamientos, incluyendo la utilización de materiales locales en la construcción, la importancia de los recursos hídricos para la agricultura y la ganadería, y el papel de los castros como centros de intercambio y comercio.
Uno de los aspectos más destacados del trabajo es la consideración del paisaje como un elemento fundamental en la vida de las comunidades castrenses. No se trata simplemente de estudiar los restos materiales de los castros, sino de comprender cómo estos se integraban en el paisaje circundante, y cómo este, a su vez, influía en la organización social y económica de los habitantes. Se investiga el uso de la topografía para la defensa, la delimitación de territorios, y la gestión de recursos. Además, se analiza la relación entre los castros y los sistemas de drenaje, los caminos y las rutas de comunicación, que permitían el movimiento de personas y mercancías. El estudio también considera el impacto de los castros en el paisaje, como la modificación de la vegetación o la creación de terrazas agrícolas, mostrando una comprensión más profunda de la interacción entre el ser humano y el entorno. El análisis permite entender la estrategia de adaptación de los asentamientos a la topografía y recursos disponibles.
El trabajo se enfoca en la transición del período celta al romano, analizando los cambios que se produjeron en la cuenca del Miño a medida que Roma adquiría mayor control de la región. Se examinan las evidencias de la presencia romana, como las fortificaciones, las villas y los elementos de infraestructura, y se investiga cómo estos se relacionaban con los castros existentes. Se analiza la posible influencia romana en la arquitectura, la organización social y económica de las comunidades castrenses, así como las posibles consecuencias de la romanización en el paisaje. La interacción entre los elementos celtas y romanos en la zona es un tema central de la investigación, mostrando una comprensión de la dinámica compleja de la conquista romana. Finalmente, se plantea la necesidad de más investigación en la zona para llenar los vacíos existentes en el conocimiento arqueológico.
«Espacios Y Paisajes Castreños En La Cuenca Media Del Miño Desde Sus Origenes Hasta La Dominacion Romana» es una obra que ofrece una valiosa visión de un territorio menos conocido pero fundamental en la historia de los castros en la Península Ibérica. A pesar de lascuales se señalan, la obra es una herramienta importante para el estudio de la arqueología celta y contribuye de forma significativa al conocimiento de los procesos sociales, económicos y políticos que moldearon este período de la historia. Es una obra que invita a seguir investigando la zona.
