«Escuchar a los Niños: Psicoterapia de la Infancia Negada» de Luigi Cancrini se basa en una psicoterapia específica desarrollada a partir de la observación clínica de niños con traumas de diversa índole. La terapia, con nombre evocador, se centra en la reconstrucción de la historia personal del niño, validando sus sentimientos, reconstruyendo sus recuerdos (a menudo fragmentados y distorsionados) y permitiéndole darle un significado coherente a su sufrimiento. Cancrini argumenta que los niños que han sido víctimas de abuso, negligencia o violencia doméstica a menudo no han tenido la oportunidad de expresar sus experiencias de forma adecuada, y que esta necesidad de narrar es fundamental para el proceso de curación.
La metodología se basa en un acercamiento no directivo, donde el terapeuta actúa como un facilitador, ayudando al niño a recuperar el control de su historia y a darle sentido a su experiencia. Se utilizan técnicas como la «reconstrucción de la narrativa», en la que el niño es guiado para relatar los acontecimientos de forma cronológica y coherente, y la «re-escritura de la narrativa», en la que se trabajan las distorsiones y las falsas memorias que suelen acompañar a los traumas. La terapia también enfatiza la importancia de la relación terapéutica como un elemento fundamental para el éxito del proceso, estableciendo una base de confianza, seguridad y aceptación.
El libro detalla la experiencia de Cancrini con niños que han sido víctimas de maltrato físico, psicológico, sexual, y negligencia, así como de niños que han sido testigos de violencia en sus hogares. Cancrini no solo describe las técnicas terapéuticas que utiliza, sino que también comparte estudios de casos detallados de niños como Hillary, Diego, Michele, Ruggero y Pamela, ilustrando cómo la terapia ha ayudado a cada uno de ellos a superar sus traumas y a recuperar su bienestar. Estos casos no solo demuestran la eficacia de la psicoterapia, sino que también resaltan la importancia de la compasión y la empatía en el trabajo con niños traumatizados. El libro enfatiza que el dolor, el sufrimiento, los traumas repetidos y la distorsión de las relaciones en familias a menudo violentas y sin ayuda tienen consecuencias devastadoras para el cuerpo y la mente de los niños.
El libro argumenta con firmeza que la negación del sufrimiento infantil es un factor clave en la perpetuación de los traumas. Cancrini sostiene que muchos profesionales, al enfocarse únicamente en los síntomas o al minimizar la gravedad de las experiencias del niño, contribuyen a este problema. La psicoterapia propuesta en el libro busca romper con este paradigma, reconociendo la realidad del sufrimiento del niño y proporcionándole las herramientas necesarias para afrontarlo. Se presenta una perspectiva de intervención temprana para ayudar a reparar los daños de las relaciones familiares.
La técnica de la “narración activa” no es simplemente una conversación; es un proceso estructurado que permite al niño expresar su experiencia de forma completa, validando sus emociones y creando un espacio seguro para la exploración del trauma. Se enfatiza la importancia de la validación emocional, reconociendo que los sentimientos del niño son legítimos y que no deben ser juzgados o negados. A través de la narración, el niño puede recuperar el control de su historia y darle un significado coherente a su sufrimiento.
Cancrini también destaca la importancia de la colaboración entre profesionales y la participación de la familia en el proceso terapéutico. Aunque la terapia se centra en el niño, es fundamental que los padres o cuidadores comprendan las necesidades del niño y que colaboren en la creación de un ambiente familiar seguro y de apoyo. Sin embargo, el libro también advierte sobre los peligros de una intervención paternalista , instando a los profesionales a respetar la autonomía del niño y a confiar en su capacidad de recuperación.
El libro hace un fuerte llamado a la responsabilidad social, instando a las universidades y a los servicios públicos a incorporar la psicoterapia de la infancia negada en sus programas educativos y terapéuticos. Cancrini argumenta que la negación del sufrimiento infantil es una injusticia, y que todos tenemos la obligación moral de proteger a los niños que han sido víctimas de abuso y negligencia. La escucha terapéutica de los niños maltratados o que han sufrido abusos debería enseñarse en las universidades y practicarse en los servicios públicos.
Opinión Crítica de Escuchar a los Niños: Psicoterapia de la Infancia Negada
«Escuchar a los Niños: Psicoterapia de la Infancia Negada» de Luigi Cancrini es un libro profundamente conmovedor y, a la vez, claramente presentado y cuidadosamente documentado. Cancrini ofrece un enfoque terapéutico innovador que desafía los métodos tradicionales, y que se basa en una comprensión profunda de la psicología infantil y los efectos del trauma. La estructura del libro, con sus estudios de casos detallados, facilita la comprensión de la metodología y su aplicación en la práctica.
Sin embargo, el libro no está exento de críticas. Algunos podrían argumentar que la técnica de la “reconstrucción de la narrativa” puede ser demasiado intensa para algunos niños, y que podría generar reexperimentación del trauma. Es fundamental que el terapeuta tenga un conocimiento profundo de la psicología infantil y que actúe con gran sensibilidad y precaución. También se podría señalar que el enfoque no se centra en la intervención farmacológica, lo que podría ser visto como una limitación, aunque Cancrini reconoce la importancia de la farmacoterapia en ciertos casos. No obstante, la enfoque del libro se centra en el potencial curativo de la narración.
A pesar de estas consideraciones, el libro representa una contribución valiosa al campo de la psicoterapia infantil. La énfasis en la escucha activa y en la validación emocional es fundamental para el desarrollo de una relación terapéutica sólida y confiada entre el terapeuta y el niño. El libro también nos recuerda la importancia de reconocer y abordar el sufrimiento infantil, y de defender los derechos de los niños a una infancia segura y feliz. Finalmente, la preocupación de Cancrini por la redistribución de los recursos para una psicoterapia fundamental para los niños es un llamamiento que debe ser escuchado. Mejorar las condiciones de vida de la infancia es contribuir a la mejora de la humanidad.


