La historia se centra en dos personajes extraordinarios: Estela, una brillante filóloga dedicada a rescatar las últimas expresiones orales de la cultura sefardí, y Samuel, un ingeniero que diseña presas fluviales en Oriente Medio. Sus caminos se cruzan de manera inesperada en un vuelo a Tel Aviv, marcando el inicio de una relación que desafía las convenciones y redefine sus concepciones del amor. La química entre ellos se basa en la admiración mutua, en la fascinación intelectual y en un erotismo sutil pero constante, expresado a través de conversaciones profundas y un lenguaje cuidado hasta el detalle.
Estela, con su pasión por los ladinos y su incansable búsqueda de la lengua perdida, aporta a la relación una dimensión intelectual y cultural rica. Samuel, por su parte, se siente atraído por la sensibilidad y la inteligencia de Estela, y por la forma en que ella le invita a reconectar con la escritura, una actividad que había abandonado hacía tiempo. Sus encuentros, a menudo interrumpidos por periodos de separación, se desarrollan a lo largo del Mediterráneo, convirtiéndose en un escenario privilegiado para el desarrollo de su romance. Los juegos de ajedrez, en particular un gambito de dama postal y otro presencial, se convierten en un ritual que los une y en una metáfora de la complejidad de sus vidas y emociones. Galvez Ibañez no rehúye los pasajes ocasionalmente delirantes y el uso de wit a bocajarro, que contribuyen a la atmósfera de la novela y a la construcción de los personajes.
La novela se caracteriza por la atención al detalle y la riqueza de la prosa. Los diálogos están repletos de expresiones ladinas y judías, que Estela utiliza con maestría, y que Samuel, con su curiosidad, aprende a apreciar. Galvez Ibañez, además de explorar la relación entre sus protagonistas, se adentra en reflexiones profundas sobre la existencia, el tiempo, el amor y la pérdida, utilizando la novela como un vehículo para expresar sus propias inquietudes filosóficas. El Mediterráneo, con su historia milenaria y su belleza salvaje, actúa como un marco ideal para la historia de amor de Estela y Samuel, un lugar donde el pasado y el presente se encuentran, y donde el destino parece estar jugando con sus vidas.
El libro explora la idea de que el amor, como el lenguaje, es un sistema complejo, lleno de reglas, excepciones y matices. El romance de Estela y Samuel no es un cuento de hadas convencional; es una historia de esfuerzo, de comprensión, de aceptación de las diferencias y de lucha contra los obstáculos, tanto externos como internos. A medida que se conocen mejor, aprenden a valorar las virtudes del otro, y a complementarse mutuamente. La relación se ve también afectada por los periodos de separación, que profundizan su pasión y aumentan su anhelo.
La novela está construida sobre una serie de capas de significado. A nivel superficial, se trata de una historia de amor apasionada y conmovedora. Pero a un nivel más profundo, se trata de una exploración de la identidad, del desarraigo y de la búsqueda de sentido en la vida. Estela, por ejemplo, se siente desarraigada y en busca de un lugar donde encajar, mientras que Samuel se siente vacío y en busca de una nueva vocación. La novela sugiere que el amor puede ser una fuerza transformadora, capaz de ayudarnos a encontrar nuestro lugar en el mundo y a redescubrir nuestra verdadera identidad. La habilidad del autor para tejer ladino, hebreo y español en sus diálogos crea un rico tejido textual que va más allá de la trama.
Opinión Crítica de Enamado: Un Manifiesto en Pro de la Palabra
“Enamorado” es, sin duda, una novela desafiante, pero también profundamente gratificante. Manuel Galvez Ibañez ha creado una obra que requiere atención y esfuerzo por parte del lector, pero que recompensa la inversión con una experiencia de lectura única y inolvidable. La novela es una muestra del don del autor para la filología y la creación de mundos literarios complejos y cerebrales. Además, la novela no es solo una historia de amor; es un manifiesto en pro de la palabra, un homenaje al lenguaje y a la cultura, y una defensa de la importancia de la comunicación.
Galvez Ibañez demuestra una maestría inigualable en el uso del lenguaje, creando diálogos e imágenes que son a la vez cerebrales y emocionales. Aunque la novela puede ser algo abrumadora al principio, el lector se adentra en la historia y se sienta cada vez más atrapado en el mundo que ha construido. La novela es un ejercicio de inteligencia que apela a nuestra faceta más culta y refleja la inteligencia del autor.
«Enamorado» es una novela imprescindible para aquellos que aman la buena literatura, para aquellos que valoran la profundidad y la complejidad, y para aquellos que buscan una historia que les haga pensar y sentir. Se recomienda leerla con paciencia, prestando atención a cada detalle y disfrutando de los juegos de palabras y de las reflexiones filosóficas que proporciona. Una obra con una gran innovación literaria.


