El libro se construye alrededor del concepto del “termómetro femenino”, un artefacto imaginario que, según Castle, fue propuesto en la novela El Flujo de la Concupiscencia de 1804, como un medio para calibrar los niveles de excitación íntima femenina. Este invento, presentado con un detalle sorprendente, sirve como un disparador para un amplio análisis de las obsesiones culturales con lo extraño y lo perturbador que surgieron durante y después de la Ilustración. Castle examina cómo la búsqueda de la ciencia y la racionalidad, en su intento de “medir” el mundo, inadvertidamente creó una demanda de aquello que no podía ser medido ni comprendido fácilmente.
El autor desmenuza una serie de ejemplos culturales, desde la literatura romántica hasta los espectáculos de carnaval, para ilustrar esta tendencia. Se centra en la personificación psicosexual a través del rol femenino, no sólo en la ficción, como en las novelas románticas donde la figura femenina a menudo es presentada como un objeto de deseo y, a la vez, un símbolo de lo incontrolable y lo irracional, sino también en las representaciones teatral y rituales de la época, como los bailes de máscaras y la carnavalisación de la cultura. La «medición» de la excitación femenina, que nunca fue posible en realidad, se convierte en un símbolo de la imposibilidad de comprender y controlar las pasiones humanas. Castle argumenta que la representación de esta imposibilidad, en sí misma, generó una demanda de aquello que representaba esa misma imposibilidad, dando origen a un nuevo tipo de «experiencia humana».
El libro explora profundamente cómo la fascinación con lo «extraño» se manifestó en una serie de fenómenos culturales específicos. Castle analiza los espectáculos de fantasmagorías, las linternas mágicas, los autómatas y el travestismo, mostrando cómo estos elementos, que a menudo parecían desafiar las leyes de la lógica y el orden, eran vistos como una fuente de placer y de terror. Además, la obra examina la creciente fascinación con la pulsión homoerótica y el concepto del doble, mostrando cómo estas ideas, que a menudo eran reprimidas por las normas sociales, se manifestaban en la imaginación popular de forma sutil pero persistente. La aparición de la ficción gótica, con sus obsesiones alucinantes y sus imágenes de lo sobrenatural, es otra pieza clave en el puzzle que Castle desentraña, revelando cómo la búsqueda de lo extrañamiento se convirtió en una forma de explorar los límites de la razón y la moralidad.
El estudio de Terry Castle se centra en la idea de que la Ilustración, con su énfasis en la razón y la observación científica, no solo produjo conocimiento, sino también una nueva forma de experiencia humana: la fascinación por lo inquietante. La obra argumenta que la búsqueda de lo «extraño» no es una simple curiosidad intelectual, sino una manifestación de la tensión inherente en la propia búsqueda de la razón, que siempre deja un margen para lo incomprensible, lo irracional y lo perturbador. Castle establece un vínculo sorprendente entre la “medición” de la excitación femenina, a través del invento ficticio del “termómetro femenino”, y la producción de toda una gama de fenómenos culturales que buscaban, implícitamente, precisamente lo que la razón no podía controlar.
El autor desmitifica la noción de que la Ilustración fue una época de progreso lineal, argumentando que la búsqueda de la racionalidad, en su intento de comprender y controlar el mundo, inadvertidamente abrió la puerta a nuevas formas de fantasía y de disconformidad. El libro está repleto de ejemplos de cómo la gente de la época, en lugar de repeler lo “extraño”, lo abrazaba con entusiasmo, buscando en él una forma de desafiar las normas sociales, de explorar sus deseos reprimidos y de experimentar la ambigüedad de la existencia. La representación de la «medición» de la excitación femenina simboliza la imposibilidad de encontrar una verdad absoluta o de controlar completamente nuestra propia experiencia interior. Este «fallo» de la razón, señala Castle, se convirtió en una fuente de placer y de tensión, alimentando la producción de obras artísticas y culturales que buscaban explorar los límites de la experiencia humana.
Un punto crucial del análisis de Castle es suponer que la obsesión con lo «extrañamiento» no fue un fenómeno aislado en la Ilustración, sino que tuvo raíces mucho más profundas en la historia del pensamiento occidental. El autor explora el impacto de las ideas del psicoanálisis, sugiriendo que, en cierto sentido, el psicoanálisis es una continuación de la búsqueda de lo «extraño», ya que intenta desenterrar los deseos y los impulsos inconscientes que operan bajo la superficie de la conciencia. También examina la relación entre lo «extraño» y la sensibilidad en torno a lo femenino, mostrando cómo la representación de la mujer como objeto de deseo y de fascinación fue fundamental en la producción de la imaginería «extraña». El libro es un testimonio de la habilidad de Terry Castle para establecer conexiones inesperadas entre ideas y fenómenos aparentemente dispares, y para revelar la profunda influencia que la búsqueda de lo «extraño» ha tenido en la formación de nuestra cultura.
Opinión Crítica de El Termometro Femenino: Un Análisis Brillante y Perturbador
«El Termómetro Femenino» es, sin duda, una de las obras más originales y provocadoras de Terry Castle. Su análisis es tanto erudito como perspicaz, y su estilo de escritura es a la vez elegante y accesible. El libro no es una lectura fácil, pero es una experiencia intelectualmente estimulante que invita a la reflexión. Castle logra una habilidad notable para tejer juntos ideas de la historia de la arte, la literatura, el teatro y la ciencia, ofreciendo una visión holística de la obsesión con lo «extraño» que ha marcado la historia del pensamiento occidental.
El libro no está exento de controversias, y algunos críticos han acusado a Castle de ser misógina o de usar el concepto del «termómetro femenino» como una herramienta para atacar a la mujer. Sin embargo, es importante recordar que la obra de Castle es una exploración de la imaginación y no una crítica directa de la sociedad. Su objetivo principal es desentrañar los mecanismos psicológicos y culturales que subyacen a nuestra fascinación por lo «extraño», y su análisis del «termómetro femenino» es simplemente un punto de partida para esta exploración. Castle no pretende juzgar a las mujeres del pasado, sino comprender cómo se relacionaban con sus propios deseos y fantasías.
«El Termómetro Femenino» es una obra maestra de la crítica cultural. Es un libro que nos desafía a cuestionar nuestras propias suposiciones sobre la razón, la emoción y la imaginación, y a reconocer la fuerza de las fantasías que nos impulsan. Se trata de una lectura que puede ser tanto fascinante como perturbadora, y que nos dejará pensando mucho después de haber terminado de leerla. Castle nos ofrece una perspectiva única sobre la historia de la cultura occidental, y su libro es una contribución invaluable al campo de la crítica cultural. Con certeza, se trata de una lectura indispensable para cualquiera que se interese en la historia del arte, la literatura y la filosofía.
Recomendaciones: Un Libro para Reflexionar y Desafiar
Si estás buscando un libro que te desafíe, te haga pensar y te exponga a ideas nuevas y provocadoras, «El Termómetro Femenino» es una excelente opción. Este libro no es para aquellos que buscan respuestas fáciles, pero recompensa al lector con una comprensión más profunda de la complejidad de la experiencia humana.
Recomendación: Si te interesa la historia del arte, la literatura, el teatro o la filosofía, «El Termómetro Femenino» es una lectura obligada. También se recomienda a aquellos que estén interesados en la crítica cultural y en la exploración de los límites de la razón y la imaginación. El libro es particularmente útil para estudiantes de arte, literatura y filosofía, pero también es una lectura enriquecedora para cualquier persona que tenga curiosidad por la historia del pensamiento occidental. No te desanimes por la densidad de algunos de los conceptos, y recuerda que la lectura de Castle es un ejercicio de reflexión y de debate.
Por último, y no menos importante, «El Termómetro Femenino» es un excelente ejemplo del trabajo de Terry Castle como un crítico de arte y cultura. Su habilidad para conectar ideas aparentemente dispares y para construir argumentos persuasivos es verdaderamente notable. La obra es una prueba de su talento, y es una contribución valiosa al campo de la crítica cultural. Sin duda, es un libro que merece ser leído y releído, y que seguirá inspirando a los lectores por muchos años más.


