lementina tenía los renglones de su historia escritos antes de nacer, y su vida se auguraba feliz, afortunada y privilegiada.
Nacida en el seno de una familia de la nobleza madrileña, fue una niña alegre desde su nacimiento.
Aunque su abuela, La Rencorosa, ya lo advirtió a su entorno cuando oía comentarios acerca de lo poquito que lloraba la pequeña, «lo que no llore ahora, lo llorará cuando ocean mayor».
gruñía entre dientes.