El Dia Que Llovio Hacia Arriba

Si le das galletas a un ratón, luego querrá un vaso de leche; pues si le enseñas a redactar historias a un niño, obligándole a que se exprese, pasa lo imposible, porque están en el lado correcto de la historia, no más resistentes que la flor.
La totalidad de esos compañeros de instituto, con sus familias y profesores son la verdadera elegancia.
Abuelas también, y ordenanzas, además del tito de Ellis, un joven que transita en muchas direcciones, de los que les une el miedo a separarse; ellas no tanto, ya les sale el feminismo.
Y es que la vida, tras la niñez, parece complicada, mucho más con un Concurso de Literatura escolar de por medio.
Lo igual todos los dias parece igual, pero todo pueblo necesita creer en algo, sobre todo, las madres, que, como prisioneras, no preguntan cuando ya lo saben todo.