La novela se centra en un grupo de personajes aparentemente desconectados, cuyas vidas, a través de fragmentos narrativos y recuerdos, se entrelazan para formar una red de dramas y secretos. La historia se inicia con la aparición de una “piedra en el camino, que al ser pateada recita los versos de Machado y Serrat”, un objeto que se convierte en un catalizador, un símbolo de la desorientación y el desencanto que impregnan la vida de los protagonistas. Esta piedra, simbolizando el peso del pasado y la dificultad de avanzar, marca el inicio de una cadena de eventos que desencadenan un torbellino de emociones y acciones.
Los personajes, desolados y marginados, representan diferentes facetas de la fragilidad humana. Un hombre atormentado por la muerte de su esposa, obsesionado con la idea de llevar a su amada a la cama de forma recurrente, representa el dolor, la culpa y la imposibilidad de superar el duelo. Otro personaje, con la cabeza bajo el brazo, aguarda a que el sistema repare en su muerte, se presenta como una figura de resignación ante el destino, aceptando la inevitabilidad de su fin, pero a la vez, negándose a vivir. La estación de servicio, con sus “ballenas en tierra firme” (huérfanos de afecto) y sus “tipos corpulentos” en la cima de una montaña, se convierte en un microcosmos de desesperación y alienación. La tensión entre los personajes, intensificada por el miedo y la desconfianza, crea un ambiente claustrofóbico y opresivo.
Además, la novela juega con la atmósfera de miedo y paranoia, utilizando escenarios como la cima de la montaña, donde los personajes temen a otro enclenque y enfermo que yace a la intemperie, y la presencia de la madre muerta que acaricia el cogote de sus hijos vivos frente a la fosa séptica. Estos simbolismos reflejan la corrupción, la decadencia y la fragilidad de las relaciones humanas. La propia Venecia, con su laberíntica red de canales y su historia de hundimiento, se convierte en un símbolo potente del destino de una relación amorosa, una promesa de felicidad que se desmorona y sumerge a sus protagonistas en la oscuridad. La novela explora con maestría la idea de que las relaciones, al igual que la propia ciudad de Venecia, pueden hundirse sin que nadie lo prevenga.
El libro desarrolla una narrativa compleja y a menudo frustrante, donde la información se revela de forma gradual y fragmentada, obligando al lector a recoger los trozos del rompecabezas y a construir su propia interpretación. La ausencia de un narrador omnisciente aumenta la sensación de incertidumbre y desorientación, reflejando la falta de certezas en la vida de los personajes. Ortiz Tafur no rehúye de explorar temas oscuros y perturbadores, como la violencia, la muerte, la enfermedad y la sexualidad, con una honestidad brutal y sin intentosvenirse a la baja, que obligan al lector a enfrentarse a su propia conciencia.
La novela se centra en la idea de que todos, en algún momento de su vida, nos enfrentamos a crisis existenciales y a dudas sobre nuestro propósito en la vida. Los personajes, al igual que muchos lectores, se sienten perdidos, desilusionados y en busca de significado. La ausencia de respuestas fáciles y la naturaleza fragmentada de la narración contribuyen a crear una sensación de inquietud y desasosiego. La obra, en su conjunto, es un testimonio de la fragilidad humana y la dificultad de encontrar la felicidad.
La estructura de la novela, con sus numerosos flashbacks y monólogos interiores, nos permite acceder a la mente de los personajes y entender las motivaciones que impulionan sus acciones. La profundidad psicológica de los personajes es uno de los aspectos más destacados de la obra. Sin embargo, la complejidad de la narración puede resultar desafiante para algunos lectores. El lector se enfrasca a un misterio en un donde el autor le hace la pregunta: ¿Será capaz de soportar la explosión?
Opinión Crítica de El Agua Del Buitre: Una Obra Desafiante y Profunda
“El Agua Del Buitre” es, sin duda, una obra desafiante y requiere del lector una actitud abierta y una capacidad para aceptar la ambigüedad y la falta de certezas. Ortiz Tafur no ofrece soluciones ni explicaciones fáciles, sino que nos sumerge en un mundo de sombras y recuerdos, donde la verdad es a menudo ilusoria y la realidad es una construcción en constante cambio. La honestidad brutal con la que el autor explora los aspectos más oscuros de la psique humana es uno de los aspectos más destacados de la obra, y puede ser desconcertante para algunos lectores, pero es precisamente esta honestidad la que hace que la novela sea tan poderosa y emocionante.
La novela es, en su conjunto, un testimonio de la condición humana, con sus dudas, miedos y deseos. Ortiz Tafur nos muestra que no hay respuestas fáciles a las preguntas existenciales y que a veces es mejor aceptar la ambigüedad y la incertidumbre. La novela es un acto de cierre, un acuerdo mutuo, que nos permite reconocer nuestro propio lugar en el mundo, sin estar obligados a encontrar una respuesta predefinida. La novela es recomendable para aquellos lectores que buscan una obra que les desafíe y les haga pensar, y para aquellos que no tengan miedo de enfrentar los aspectos más oscuros de la psique humana.
En conclusión, «El Agua Del Buitre» es una obra de importancia literaria que debe ser leída con atención y reflexión. A pesar de su dificultad, la novela es una experiencia emocionante y profunda que dejará una huella duradera en el lector. Recomendada con fuclida, para aquellos que buscan una obra que les desafíe y les haga pensar, a un que les permita sumergirse en las profundidades de la mente humana.


