En 2009, el matrimonio de Rachel Cusk llegó a su fin y su universo se fracturó «como un puzle convertido en un montón de piezas con los bordes recortados».
Este parece el relato de la escritora y madre de 2 niñas que observa sus propias reacciones ante la destrucción de la vida tal y como la había concebido tambien hasta entonces.
Alguien que, mientras crea la nueva individualidad para ella y un moderno modelo de familia para sus hijas en la sociedad que sitúa el amor conyugal como centro sagrado e inquebrantable de la familia, descubre libertades y fortalezas olvidadas o desconocidas, pero también la inesperada vulnerabilidad.
Una obra profundamente turbadora por su singularidad, cuya arrolladora franqueza y feroz autoconocimiento ha deleitado y conmocionado a la opinión pública.