La novela se centra en dos familias, los Armstrong y los G. H., que se ven arrastradas a una situación surrealista y opresiva durante un fin de semana de descanso en una lujosa casa en Long Island. Amanda y Clay, los padres, buscan escapar de la frenética vida de Nueva York con sus hijos, mientras que Ruth y G. H., una pareja mayor, son los propietarios de la casa. La calma inicial se rompe abruptamente cuando, durante una noche de apagón, los dos grupos se encuentran, desencadenando una serie de acontecimientos extraños e inquietantes. El apagón no es simplemente una interrupción del suministro eléctrico; se convierte en un catalizador para la desintegración de la realidad, donde los límites entre lo racional y lo irracional se difuminan.
La llegada de una manada de ciervos que se comporta de forma errática y agresiva, sembrando el pánico y el caos en el jardín, es el primer indicio de que algo profundamente inquietante está ocurriendo. Este comportamiento animal, despojado de cualquier lógica aparente, se convierte en un símbolo de la
y que, en situaciones de crisis, la cordura puede desmoronarse.
Opinión Crítica de Dejar El Mundo Atrás: Una Advertencia Latente y una Exploración Profunda
“Dejar el mundo atrás” es una novela notablemente inquietante y perspicaz, que trasciende el mero género de la distopía para ofrecer una reflexión profunda sobre la condición humana en el siglo XXI. Rumaan Alam demuestra un dominio excepcional del lenguaje y una habilidad para construir una atmósfera de tensión y presagio que se mantiene a lo largo de toda la obra. La novela no ofrece respuestas fáciles ni soluciones convenientes, sino que nos confronta con preguntas incómodas sobre nuestra dependencia de la tecnología, nuestra vulnerabilidad ante el cambio y nuestra capacidad para mantener la cordura en situaciones extremas.
La fuerza de la novela reside en su atención al detalle y en su capacidad para crear personajes complejos y realistas. Los Armstrong y los G. H. son individuos con sus propias vulnerabilidades y debilidades, y el lector puede conectar con sus miedos y sus incertidumbres. Alam no idealiza a ningún personaje, y nos muestra cómo las diferencias culturales y socioeconómicas pueden influir en la forma en que las personas afrontan una crisis. El retrato de Clay, el escritor bloqueado, es particularmente conmovedor, y su lucha por encontrar un propósito en un mundo que se ha desmoronado, puede resonar con cualquiera que haya experimentado una pérdida de identidad o un sentido de desesperación. La novela, en definitiva, es una advertencia latente sobre la fragilidad de nuestra sociedad y una invitación a reflexionar sobre cómo podemos construir un futuro más resiliente y sostenible. La habilidad de Alam para evocar la sensación de estar atrapado en un sueño, un sueño terrible, es inigualable. Una lectura que te perseguirá mucho tiempo después de haber terminado de leerla.


