La literatura de fantasía ha encontrado en las últimas décadas un nuevo y apasionante hogar en la exploración de mitologías y culturas ancestrales. «Dada» de Fer Jiménez, publicado por Sallybooks, se presenta como una de esas obras que, con una brío y un estilo particular, rescata la riqueza del panteón yoruba para ofrecer un relato de fantasía y aventuras que atrapa desde la primera página. La novela no es solo una historia de magia y batallas épicas, sino también una profunda reflexión sobre la conexión entre los sueños, el destino y el poder de la voluntad. Jiménez nos sumerge en un universo vibrante, repleto de simbolismo, orishas y una profunda tradición que busca, a través de un lenguaje accesible y vibrante, despertar el interés del lector por una cultura milenaria.
La premisa de «Dada» es particularmente intrigante: dos individuos, separados por el tiempo y la distancia, se encuentran ligados por un destino ancestral y se ven obligados a luchar contra una fuerza maligna. La novela se presenta como un puente entre la tradición y la modernidad, buscando reflejar la universalidad de los conflictos humanos a través de las lentes de un relato fantástico que desafía las convenciones del género. La publicación de Sallybooks ha logrado, con este libro, hacer llegar a un público más amplio una obra que, sin duda, merece ser descubierta por aquellos que disfrutan de historias con alma y con un profundo respeto por las raíces culturales.
El corazón de «Dada» reside en el sueño de Dada, un guerrero que se ve atrapado en un ciclo de visiones. Dada, un hombre atormentado por sus propios errores y por una sensación de vacío existencial, comienza a soñar con la vida de Anferes, un joven y orgulloso guerrero libio de la época de los faraones. Estos sueños no son meras ilusiones; son fragmentos de la vida de Anferes, una realidad alternativa que se vuelve cada vez más intensa y palpable. A medida que Dada se sumerge en estos sueños, descubre que está conectado de manera fundamental con Anferes, un vínculo forjado por el tiempo y el destino, un destino que lo lleva hacia una batalla crucial para el futuro del mundo.
El bosque sagrado de Osun, una zona de poder místico asociada con la fertilidad y la abundancia en la mitología yoruba, es el escenario principal de estos sueños. Allí, Dada experimenta los horrores y las glorias de la vida de Anferes, enfrentándose a peligros inimaginables y descubriendo la fuerza de su propia voluntad. Pero este encuentro no es casualidad. La novela explora la idea de que el universo está interconectado, que el pasado, el presente y el futuro están entrelazados, y que los individuos pueden influir en el curso de los acontecimientos a través de sus acciones y decisiones. A medida que la trama se desarrolla, se revela que Dada y Anferes están destinados a encontrarse, no solo en los sueños, sino también en la realidad, para enfrentarse a una amenaza existencial.
La amenaza es Iku, un orisha, o Dios, del mal y del presagio de destrucción. Iku representa la entropía, el caos y la aniquilación. Su poder es inmenso y su influencia se extiende por todo el universo. A medida que Iku se hace más fuerte, la realidad comienza a desmoronarse, los sueños se distorsionan y la amenaza de la aniquilación se cierne sobre el mundo. Iku está en guerra contra el equilibrio de la creación y su objetivo es destruir todo lo que es bueno y bello. La novela busca explorar las consecuencias de la maldad y de la desidia.
La novela se centra en el viaje de Dada, un hombre en busca de redención, que se convierte en la última esperanza del mundo. En el corazón de la historia se encuentra el conflicto entre Dada y Iku, un enfrentamiento que representa la lucha entre el bien y el mal, la esperanza y la desesperación. La fuerza que los une no es simplemente la de guerreros, sino la de dos almas que han sido elegidas para una tarea crucial. Dada, a pesar de sus debilidades, se convierte en un símbolo de resistencia y determinación.
Para poder detener a Iku, Dada y Anferes deben encontrar una manera de romper su ciclo de destrucción. La clave reside en comprender la naturaleza de su poder y en encontrar una forma de contrarrestarlo. Dada, con el respaldo de los orishas que lo guían, reúne un grupo de aliados que lo ayudan en su misión. La novela enfatiza la importancia de la unidad, el trabajo en equipo y la confianza en uno mismo.
El enfrentamiento final, ambientado en el corazón del bosque sagrado de Osun, es una batalla épica que pone a prueba los límites del poder de ambos contendientes. Dada, con la ayuda de Anferes, logra desestabilizar a Iku, pero no lo destruye por completo. En cambio, logra imponer un nuevo equilibrio, un equilibrio que permite la existencia del bien y del mal, la vida y la muerte. El precio de esta victoria es alto: Dada debe renunciar a su antigua vida y convertirse en un protector del bosque sagrado, un guardián de los sueños y un símbolo de esperanza para las generaciones futuras.
Opinión Crítica de Dada
«Dada» es, sin duda, una obra ambiciosa que logra, en gran medida, cumplir su promesa. Fer Jiménez ha logrado crear un universo rico y complejo, lleno de personajes memorables y una mitología ancestral que despierta el interés y la curiosidad. La prosa es fluida y accesible, permitiendo al lector sumergirse sin esfuerzo en la historia. Sin embargo, el ritmo a veces se siente algo irregular, con momentos de gran tensión interrumpidos por pasajes más descriptivos.
La novela destaca por su profunda reflexión sobre la identidad, el destino y la reconciliación. La conexión entre Dada y Anferes no es solo una coincidencia, sino una metáfora de la búsqueda personal y la necesidad de encontrar nuestro lugar en el mundo. La novela nos invita a cuestionar nuestras propias vidas y a reflexionar sobre nuestras elecciones. es una lectura recomendable para aquellos que disfrutan de la fantasía épica y que están abiertos a explorar mitologías antiguas y a reflexionar sobre los grandes temas de la vida.
La novela no está exenta de ciertos clichés del género, pero los utiliza de forma inteligente, aportando un toque de originalidad. El personaje de Iku, como el Dios del Mal, es un arquetipo clásico, pero Jiménez le da una personalidad convincente, explorando las motivaciones de su maldad. «Dada» es una buena opción para introducir al lector en el mundo de la mitología yoruba y para despertar su interés por la fantasía épica.
