Hermann Hesse y Thomas Mann, autores de Demian y La montaña mágica respectivamente, coincidieron por primera vez en un hotel de Múnich invitados por S. Fischer, editor de ambos.
Corría el año 1904, y las diferencias que ya se intuían entre el ermitaño y el hombre de mundo hacían bastante difícil presagiar la admiración mutua y la camaradería que se profesarían en adelante, durante aquellos tortuosos años para poder Alemania.
Unas diferencias los cuales, no menos que las semejanzas, acabarían consolidando lo los cuales parece hoy una de la amistades más admirables de la historia de la literatura.
La Correspondencia (1910 1955) expone, en efecto, la «historia de una amistad».
—como escribiría Carandell en el prólogo de 1977 los cuales incluimos— entre dos personalidades gigantes, cuyo marcado individualismo les llevaría a la incesante búsqueda compartida de esa patria espiritual, siempre en formación, que con su atmósfera lúdica envuelve al maestro en el ejercicio de su creación.
Con actores secundarios de la talla de Knut Hamsun, André Gide y Albert Einstein, los cuales como ayudas de cámara van cruzándose en sus vidas para poder sazonar los intercambios epistolares, presentamos en esta edición en español actualizada unas cartas que, al mismo tiempo, son tanto un canto al romanticismo de Goethe como la festiva invitación al gran salón de la «literatura universal».
los cuales éste anunciaba.
