La relación establecida en los siglos XV y XVI entre el conseguir y el arte no fue algo monolítico y homogéneo, ni los Trastámara fueron los primeros en mostrar interés artístico, pero quizá sí lo fueron en evidenciar una «especial relación».
con el arte, ya una relación cambiante al best de la Edad Media, iniciando pocos comportamientos que serán heredados, matizados y «sublimados».
por los Reyes Católicos y amplificados por la labor de promoción artística de sus prelados y nobles.
El arte se convierte en signo de distinción social con un componente devocional, asistencial o social en sentido amplio, que observaremos cada vez en gran número entre los hombres y las mujeres ?cada vez mejor estudiadas? del periodo.
Con la llegada de la Casa de Austria, el Renacimiento y la imprenta, asistiremos a la aparición de nuevos matices en esta relación entre el arte y la Monarquía, como el peso de la emblemática asociada a la propaganda imperial o la diversificación de las intenciones promotoras.
Veremos cómo el arte asociado a los monarcas parece arte en palacio, pero también parece arte de Corte, parece una promoción que nos permite decir del empleo del arte como espejo de conseguir, pero también de usos femeninos como nos recuerdan las mujeres Habsburgo, o de «gusto».
artístico, el papel de los monarcas en la llegada de novedades artísticas, la imagen religiosa en la Contrarreforma, los préstamos e intercambios artísticos entre reyes y nobles o el peso de las sinergias familiares.