El núcleo de «Antiquum Ministerium» reside en la revisión del concepto de “Ministerio Antiguo, ” un término que alude a la tradición de servicio pastoral que se remontaba a los primeros tiempos de la Iglesia, especialmente a los diáconos y otros ministros ordenados. Bergoglio no considera este modelo como algo obsoleto, sino como un paradigma que podemos y debemos recuperar en la actualidad. El autor argumenta que la Iglesia ha experimentado una cierta pérdida de contacto con la realidad de las comunidades locales, enfocándose demasiado en la jerarquía y en los sacramentos, y que ha perdido de vista la importancia de la práctica de la caridad como expresión fundamental de la fe.
El libro explora cómo esta tradición de servicio, basada en el servicio personal y la fraternidad, se manifestó en las primeras comunidades cristianas. Bergoglio se basa en autores como San Ireneo de Lyon y San Cipriano de Roma para destacar que el servicio no es un añadido a la fe, sino su expresión más concreta. El objetivo del «Ministerio Antiguo» no era simplemente impartir doctrina, sino acompañar a las personas en su camino de fe, ofreciéndoles apoyo, consuelo y esperanza. La obra enfatiza la importancia de la imitación de Cristo, que vino a servir y a dar su vida por los demás. El autor sostiene que este modelo de servicio, basado en la disponibilidad, la humildad y la confianza en la gracia divina, es fundamental para revitalizar la Iglesia en el siglo XXI. Además, el texto dedica un espacio considerable a la importancia del diálogo, tanto con la razón, como con la ciencia, para la mejor comprensión de las verdades de la fe.
El libro también aborda la cuestión de la comunión de los santos, considerándola como una fuente de inspiración y un modelo de servicio. Bergoglio argumenta que los santos no son meros ejemplos a emular, sino que son testigos vivos de la gracia divina y que podemos aprender mucho de su vida y de sus enseñanzas. El autor considera que la oración por los santos es una forma de mantener viva la tradición y de recibir su intercesión. Además, «Antiquum Ministerium» insiste en la necesidad de una profunda reflexión sobre la naturaleza del sacerdocio, no como un cargo de poder y autoridad, sino como un servicio de amor y entrega.
La segunda parte del libro se centra en la revalorización del papel de los laicos y las laicas en la Iglesia. Bergoglio argumenta que el bautismo otorga a todos los creyentes un sacerdocio universal, que los hace corresponderes de Cristo y capaces de ejercer el ministerio de la palabra, la oración y la caridad. El autor critica la clericalización excesiva de la Iglesia, que ha llevado a una separación artificial entre los clérigos y el resto de los fieles. Para abordar esta problemática, «Antiquum Ministerium» defiende un modelo de servicio secular, donde los laicos y las laicas desempeñan un papel activo en la vida de la Iglesia, sin depender de la mediación del clero.
El libro destaca la importancia de la catequesis laica, donde los laicos y las laicas pueden ofrecer su tiempo y sus talentos para ayudar a otros a profundizar en su fe. El autor subraya que este servicio no debe ser una mera actividad parroquial, sino que debe estar arraigado en la vida cotidiana, en el trabajo, en la familia, en las relaciones sociales. Bergoglio enfatiza que los catequistas laicos deben ser hombres y mujeres de fe, comprometidos con la verdad, con la justicia y con la paz. Énfasis también se le da al rol de la comunidad de fe, el trabajo y los grupos en la transmisión de la fe.
El libro explora la relación entre el sacerdocio ordinario y el sacerdocio de los bautizados, destacando que ambos son expresiones de la misma realidad: la presencia de Cristo en la Iglesia. Bergoglio sostiene que los sacerdotes no son meros administradores de los sacramentos, sino que son pastores que acompañan a sus fieles en su camino de fe. Él considera que los sacerdotes deben ser hombres y mujeres de fe, comprometidos con la justicia social y con la defensa de la dignidad humana. Además, el libro se dedica a la importancia del diálogo interreligioso y la búsqueda de la verdad en todas las áreas del conocimiento, reconociendo la importancia de la razón y la ciencia en la comprensión de las verdades reveladas. «Antiquum Ministerium» invita a una nueva visión de la Iglesia, como una Iglesia de pastores y de servidores, comprometida con el mundo y con la búsqueda de la justicia y la paz.
Opinión Crítica de Antiquum Ministerium: Una Reflexión Necesaria, Pero con Cautela
«Antiquum Ministerium» representa una reflexión valiosa y necesaria sobre el papel de la Iglesia en el mundo actual. La insistencia del Papa Bergoglio en la importancia del servicio, de la caridad y de la participación laica es una invitación a renovar nuestra forma de vivir la fe. El libro se basa en una rica tradición patrística y ofrece un modelo de servicio pastoral que puede revitalizar la Iglesia en el presente. Sin embargo, es importante leer este libro con cautela, reconociendo que algunas de sus ideas podrían ser interpretadas de manera restrictiva, especialmente en lo que se refiere al papel de los clérigos.
Si bien el autor subraya la importancia del sacerdocio universal de los bautizados, no se puede interpretar esto como una limitación del ministerio sacerdotal. El sacerdocio, en su esencia, es un servicio especial, una donación divina que confiere a los sacerdotes un rol particular en la Iglesia. El autor no niega la importancia de los clérigos, pero sí insiste en que deben estar a solas al servicio de los fieles, por lo que debemos, en la práctica, el laicado, aportar sus dones y talentos para acompañar al sacerdocio en su misión. En cambio, el sacerdocio no debe ser una condición, sino un don que se vive a través del servicio y de la caridad.
Además, es importante tener en cuenta que la teología de la comunidad ha demostrado la importancia de la participación de todos los miembros de la Iglesia en la misión de evangelización. El sacerdocio no es un monopolio, sino un servicio en comunión con todos los creyentes. El autor ofrece un importante punto de partida para el debate, pero no puede ser considerado como la respuesta definitiva a todas las preguntas. «Antiquum Ministerium» es un texto que merece ser leído y meditado, pero que debe ser interpretado con prudencia y con el discernimiento de la Iglesia. El objetivo final, como lo expresa el Papa Bergoglio, debe ser la transformación del corazón de los fieles, llevándolos a vivir la fe en su plenitud.


