Millones de mujeres de todo el mundo soportan el peso de una herencia de milenios de subordinación.
La fuerza y recuerdo de lo aprendido, vivido y sufrido hace que varias mujeres no puedan expresar sus deseos con facilidad o encontrar su propia voz.
Los sentimientos de culpa y desprecio les llevan a verse y tratarse a sí mismas con una excesiva elizabeth injusta dureza.
No pueden amarse a sí mismas.
María Magdalena puede ser un icono de ese camino que puede conducir a las mujeres (y a los hombres) hacia un mayor amor propio y fortaleza.